Cuando se acerca el verano y el buen tiempo, los viajes
en coche se disparan. Esto hace que las multas de tráfico sean un problema y
preocupación mayor para los conductores y sus bolsillos. Los motivos por los
que ser sancionados son numerosos y el afán recaudatorio aprovecha eficazmente
la bajada de guardia.
En verano además de las típicas insolaciones y cortes de
digestión, los viajeros tienen que hacer frente a otro problema de distinto
calado. Los desplazamientos en coche a destinos de aventura o programados sin
conocer previamente sus calles o zonas, pueden convertirse en un motivo más que
suficiente para interrumpir el relax y la alegría, con una inoportuna y molesta
multa de tráfico.