Su
recaudación ha caído en 53 millones de euros
El
fomento de la compra de vehículos de bajas emisiones a través de los sucesivos
planes PIVE ha llevado a una caída de la recaudación por el impuesto de
matriculación del 30% en el primer semestre.
Con la puesta en marcha de
los ya tres planes PIVE, el Gobierno quería, en un principio, parar la caída
del mercado de turismos y, pasados los meses, ayudar a levantar las cifras de
ventas, algo que, poco a poco, ha conseguido. Pero si se atiende al significado
de las siglas PIVE, Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente, la idea
principal era renovar los coches de mayor antigüedad y, por tanto, más
contaminantes, por otros con bajas emisiones y bajos consumos de combustible.
Algo que también se ha conseguido, según los datos que maneja la principal
patronal del sector, Anfac.