Hasta
ahora, todos los responsables de compañías del automóvil con fábricas en el
Reino Unido se habían mantenido prudentes respecto a los efectos del Brexit
sobre su negocio. Pero las
vibraciones que empiezan a tener no son buenas y eso les pone nerviosos.
El
primero en alzar la voz fue Bob
Shank, vicepresidente de finanzas de Ford Motor Company que indicó que
en el segundo semestre había que apuntar una pérdida de unos 55 millones de
euros por el deterioro de la libra esterlina tras el triunfo del Brexit.