Hasta ahora, la electricidad para la movilidad eléctrica fluía principalmente en una dirección: desde el punto de carga hasta el automóvil. Esto podría cambiar pronto con las aplicaciones del vehículo a la red. En el futuro, cuando los coches eléctricos no se utilicen, también podrán devolver energía a la red pública y actuar como una planta para suministrar suministro. Esta energía serviría para equilibrar las fluctuaciones en la red eléctrica.