El mayor número de
desplazamientos y las altas temperaturas hacen que el verano sea una época
propicia para la aparición de averías mecánicas en los automóviles, aunque con
unos sencillos consejos de mantenimiento podemos reducir drásticamente las
posibilidades de que nos toque a nosotros. Información facilitada por
Autofácil.es.
La mayor parte de los
conductores piensa que sus vehículos se 'comportan' igual y 'trabajan' en las
mismas condiciones sea cual sea la época del año. Pero eso no es del todo
cierto; de hecho, el verano -sobre todo en esos días en los que se superan los
35ºC- supone para el coche un enorme sobreesfuerzo. Una temperatura ambiente
elevada hace que el motor pierda rendimiento, los neumáticos se desgasten hasta
un 15% más, el sistema de refrigeración tenga que trabajar un 20% más, la
pintura de la carrocería se muestre más 'vulnerable' y hasta los guarnecidos
del interior tiendan a dilatarse, provocando ligeros desajustes.