En 1983, la división de motos de BMW inició la
comercialización de la K 100, la primera moto de la marca germana equipada con
un motor de cuatro cilindros en línea refrigerado por agua.
Una innovación
tecnológica que “rompía” con los conceptos mecánicos más habituales de aquella
época.
Los ingenieros de Motorrad sorprendían con el denominado
sistema Compact Drive, con el cigüeñal montado de forma longitudinal y la
bancada de cilindros de forma horizontal.
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