La compañía está informando a clientes y distribuidores sobre las ventajas de la revisión preventiva de estos elementos
La llegada del invierno suele
disparar la alarma interna de los conductores en cuanto a mantenimiento de sus
vehículos. El frío, en particular en algunas zonas geográficas de España, puede
llegar a deteriorar notablemente algunos componentes e incidir negativamente en
el funcionamiento de otros con los que estén relacionados. Un ejemplo claro es
la batería: toda la instalación eléctrica de nuestro coche depende de que la
fuente de alimentación se encuentre en estado óptimo. Un mal funcionamiento de
la misma puede no solo provocar un aumento desmesurado del consumo de
combustible, sino afectar e incluso dañar otros componentes como el sistema
eléctrico o las centralitas, resultando en una reparación bastante más costosa.