Tiene su origen en una estimulación excesiva de las
estructuras internas del oído que regulan el equilibrio y puede provocar
palidez, sudor frío, náuseas, vómitos...
En líneas generales, son los niños los que más sufren
este problema, pero no es infrecuente que los síntomas aparezcan también en
adultos; sobre todo en las mujeres, más sensibles durante procesos biológicos
como el embarazo o la menstruación.
Para evitar esos desagradables síntomas, que no remiten
hasta pasado entre un cuarto y media hora tras la parada, y evitar así que nos
amarguen el viaje, conviene tener en cuenta una serie de consejos difundidos
por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU):
- El primero de ellos, la mejor medida de prevención, es
viajar siempre que sea posible mirando en el sentido de la marcha, favoreciendo
el que ojos y oidos capten el movimiento simultaneamente. Fijar la mirada en un
objeto, por otro lado, lejano ayuda a prevenir la sensación de mareo.