sábado, 19 de octubre de 2024

LA ROTONDA

 

HOMBRES DE GUERRA

 



A lo largo de la historia, muchas guerras han sido impulsadas por la competencia por recursos limitados, como tierras fértiles, agua, minerales o energía. A medida que las sociedades crecen, la competencia por estos recursos puede generar tensiones que eventualmente se convierten en conflictos armados. Los seres humanos buscan asegurar su supervivencia y bienestar, y cuando perciben que estos están en riesgo, pueden recurrir a la violencia para proteger o adquirir lo que consideren necesario.

Las guerras también pueden surgir de las diferencias religiosas, étnicas o ideológicas. Los seres humanos a menudo forman su identidad en torno a grupos, y cuando sienten que su identidad, creencias o valores están amenazados por otros, pueden recurrir a la violencia para defenderse.

La política, especialmente en formas extremas de nacionalismo o patriotismo, puede alimentar la guerra.

La industria armamentística, los contratos militares y los beneficios económicos que algunas naciones o grupos pueden obtener de la guerra han sido un factor importante en la perpetuación de los conflictos. Algunas veces, las guerras son promovidas por intereses económicos específicos, ya sea para asegurar el acceso a recursos, controlar rutas comerciales.

Existe un debate sobre si la guerra es parte de la naturaleza humana. Algunos argumentan que los seres humanos tienen tendencias biológicas hacia la agresión y el conflicto, mientras que otros sostienen que las guerras son más un producto de la cultura, la educación y las circunstancias sociales. La agresión, el miedo y la desconfianza pueden llevar a los seres humanos a ver a los demás como una amenaza, lo que en algunos casos desencadena conflictos violentos.

El miedo al ataque o a la aniquilación también ha sido una causa común de guerra. En situaciones de tensión internacional, los países pueden creer que un conflicto armado es inevitable y, por lo tanto, prefieren atacar primero para garantizar su supervivencia. Este tipo de lógica ha llevado a guerras preventivas o "ataques preventivos" a lo largo de la historia.

En muchos casos, la guerra ha sido impulsada por la manipulación de la información y la propaganda. Los líderes y gobiernos a menudo utilizan la propaganda para movilizar a la población, demonizar al enemigo y justificar el conflicto. Esto crea una percepción de amenaza o urgencia que puede conducir a la guerra, incluso cuando no es necesario o inevitable.

En algunas sociedades, la guerra ha sido vista como una forma de heroísmo o una manera de resolver conflictos. Esta glorificación de la guerra ha perpetuado la idea de que la violencia es una solución aceptable o incluso honorable para resolver problemas.
Las guerras anteriores a menudo dejan cicatrices profundas en sociedades, lo que genera resentimientos, deseos de venganza y ciclos de violencia. A veces, un conflicto actual es el resultado de un conflicto pasado no resuelto o de tensiones históricas que han estado latentes durante generaciones.
En resumen, la guerra no es una necesidad inherente al ser humano, sino más bien una combinación de factores que incluyen la lucha por recursos, poder, ideologías, miedos y manipulaciones sociales. La paz es posible, pero requiere esfuerzo colectivo, educación y una gestión adecuada de los recursos, el poder y las diferencias entre los grupos humanos.

Pónganles nombres y apellidos a los conflictos armados que existen hoy en la Tierra. Hoy, cuando todos en el planeta saben que la GUERRA no conduce a nada para la sociedad, solo aquellos que no tienen nada que ver con la decisión de las guerras son los que mueren, sin saber por qué se lucha. Hacen falta hombres y mujeres de PAZ y de bien, pero siempre ha habido, hay y habrá hombres y mujeres que quieren la GUERRA por sus propios intereses.

Con afecto y respeto,



Pepe Bejarano

todomotornews@gmail.com

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