NO ES EL MOMENTO
¡Ahora, no! Los augurios de los profesionales más avezados en materia económica no vaticinan buenos tiempos.
Después del verano, que lo hemos vivido como si fuera el último de nuestra vida, y con la estela de la guerra ucraniana en el viejo continente, de sus repercusiones, combustible, gas, electricidad, y los pantanos bajo mínimos. A esto hay que sumarles los índices de paro disparados, y los precios de todo por las nubes. Ni que decir tiene que las familias desfavorecidas van a sufrir antes que nadie esta nueva plaga del siglo XXI y, ¡para colmo!, nuestros gestores políticos juegan al gato y al ratón.
Ahora, NO ES EL MOMENTO. Cuando todo se pone en contra, hacen falta, personas trabajadoras, y honestas. Profesionales que pongan el sentido común por encima de sus intereses partidistas, ideológicos o personales.
Es el momento de prioridades, y no de inauguraciones de cara al escaparate, es el momento de amplitud de miras, tanto arriba como abajo, y es el momento de que todos nos remanguemos y nos pongamos manos a la obra.
Creo que, si entre todos sumamos, y empezamos a reducir los gatos superfluos, a pensar un poco más en los demás, el futuro lo tenemos garantizado. Sobre todo, tenemos que pensar que de nuestro esfuerzo dependerá el futuro de los niños, y adolescente de mañana.
Durante la historia, la sociedad se ha encontrado en infinidad de ocasiones con el muro de la quiebra económica de un colectivo. Lo que tengo claro, es que, sin paranoias conspiratorias, países como China, Rusia y Estados Unidos, se alinean mirándose su propio ombligo, buscando sus propios intereses, aunque provoquen guerras, que a una parte del mundo no nos benefician en nada. Aunque las guerras solo benefician a los cuatro ilustrados y salvadores del mundo que saben perfectamente desde hace mucho tiempo que es lo que más nos conviene. Ellos, se reúnen, planifican movimientos estratégicos, y manejan nuestro día a día, como si fuéramos marionetas. Hacen y deshacen a su antojo sin importarles, si mueren niños, mujeres, viejos o enfermos en sus guerras estratégicas.
Pienso, por lo tanto, que ya nos merecíamos, sentarnos a la orilla del mar, y dejarnos sentir que (sobra) la brisa del mar, haber vuelto a nuestro pueblo y disfrutar de nuestras tradiciones, y volver a vivir aquellos momentos que nos faltaban para coger aire, por si acaso tenemos que hacer lo que hicieron los comprades:
“Los dos querían pagar la cuenta, y como no transigían ninguno de los dos, acordaron, que los dos meterían la cabeza en un cubo con agua al mismo tiempo, y el primero que aguantara la respiración, pagaría la cuenta. Al final se ahogaron los dos”.
No es el momento, tenemos que arrimar todo el hombro, además, de ser mejor personas, y pensar un poco en los demás, sobre todo en los que más falta les hace.
No es el momento de criticar, ni de dimes y diretes, de llenar los informativos, de asesinatos, de robos, de informaciones de políticos corruptos, de empresas que cierran, estadísticas negativas, ahora solo es el momento de que todos vayamos en la misma dirección.
Les prometo, que en estas páginas vamos a alabar iniciativas positivas, y llamaremos la atención de aquellos, que viven y no dejan vivir, sea quien sea.
Con afecto, y respeto,
Pepe Bejarano
todomotornews@gmail.com
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