PUEDO PROMETER Y PROMETO
Estamos siempre a la espera de que todo lo que los políticos prometen, mientras están en campaña, lo cumplan antes que tarde. No tenemos más remedio que creer, el ser humano cree en lo divino y en lo humano; en lo divino allá cada cual con sus misticismos, al que respetamos especialmente, pero con respeto a lo humano, ya es hora de que empecemos a confiar en aquellas personas que quieren cotizar el mayor número de años a costa de la confianza de las personas que lo votan: unos, porque los políticos que se presentan son de los partidos a los que los votantes les tiene más confianza, eso sí, algunos tienen fe ciega no a los políticos que se presenta sino a las siglas que los representan. A eso sí, se le llama, fe ciega.
Bajar los impuestos en estos tiempos que vivimos, donde luz, gas, gasolina, alimentos, todo sigue subiendo día a día, es una promesa difícil de cumplir, pero algunos se juegan su propia dignidad en tiempo de elecciones, aunque al final, si salen, la dignidad se quede por los suelos. Pero no pasa nada, llegará otro candidato que sea presentado por las mismas siglas, y prometa aquello que no pueda cumplir. Aunque al final los votantes de la fe ciega, les sigan votando.
Creo que, a estas alturas de la película, España necesita, otro sistema de elecciones más garantista, tenemos que aprender de las democracias más antiguas. Es cierto que hemos dado un paso de gigante después de cuarenta años, pero tenemos que seguir avanzando, en Estados Unidos, Demócratas y Republicanos se la juegan en cada elección.
En Reino Unido, los Laboristas y Conservadores se juegan los cuartos cada vez que los británicos se acercan a las urnas.
Aquí en nuestro país, al final, son los partidos minoritarios, aquellos que tienen menos votos en las urnas, los que deciden el futuro de la mayoría. Y eso no es así.
¿Quién tiene la culpa? Los partidos mayoritarios que hacen que la balanza caiga de su lado gracias a los gramos de los pocos votos que tienen los pequeños partidos.
¡Y así nos va!
Queremos que la salud, sea importante para los señores que nos dirigen. Que podamos coger una cita con nuestro médico de cabecera, y no tengamos que esperar más de quince días, y por supuesto, no tener que ir al centro de salud, y lo podamos hacer por internet.
Que todos podamos optar a un puesto de trabajo, tanto jóvenes, como personas mayores que contamos con experiencia, y ya no nos quieren por los años que llevamos con vida. La experiencia es lo de menos para nuestros políticos.
Y no quiero pedir más, de momento, pero que aquellos servicios básicos, como agua, luz, alimentos estén controlados por el Gobierno, y no nos den sopa con ondas, cada vez que se nos promete que los impuestos de este tipo de energías bajarán.
Pienso que no es tan complicado, convertirse en político profesional, siempre y cuando se empatice con aquellas personas que estén dispuestas a votarte.
No mientan, no prometan aquello que no vayáis a cumplir, y si no sois capaces de poner en marcha aquello tan importante como pregonaba el secretario general de Izquierda Unida, Julio Anguita, ¡programa, programa y programa!, y además cumplirlo.
Con tan poco, se puede conseguir tanto.
Hoy algunos de nuestros políticos no han cotizado en su vida, solo lo han hecho mientras han ido labrándose un porvenir en el mundo de la política, mientras nuestros jóvenes especialistas se tienen que ir de nuestro país para poner en marcha aquello que han estudiado, sus años de preparación se vuelcan en otros países que le dan la oportunidad de ganar más, y conseguir sus objetivos para el que se han preparado.
Entre todos tenemos que cambiar la forma de que nuestros políticos sean profesionales de la gestión y no de la mentira y del avance de sus carreras a costa de nosotros.
Eso sí, no hay más ciego que el que no quiere ver.
Ya es hora de que sepamos en qué consiste la democracia, pongámoslo en práctica, y dejémonos de hacerles la vida más fácil aquellos que no nos solucionan la vida, sino que nos la complican.
Con todos mis respetos, y afecto
Pepe Bejarano
todomotornews@gmail.com
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