Esto es un poco, como los personajes a los que vengo refiriéndome semanas tras semanas, esos intimidadores al volante o a pie que deambulan por la sociedad promulgando su supremacía. A estos nadie los conoces solo sus víctimas, hasta que un “locatis” de estos, llega a dirigir un país, y hace de su capa un sayo, ¡vamos!, que lo mismo te hacen un puente, te suben el precio del gas o el petróleo, o te invaden un país.
Vladímir Putin, otro
megalómano que quiere entrar en la historia por la puerta de atrás, como, por
ejemplo: Napoleón Bonaparte, Adolf Hitler, Iósif Stalin, Mussolini, Mao Zedong,
Kim ll-sung, Kim Jong-il, Rafael Leónidas Trujillo, François Duvalier (Papa Doc), Fidel Castro, Hugo Chávez, Idi-Amin
Dada, Sadam Huseín, Ayatolá Jomeini, y tantos otros. Y ahora, entra en este
club por méritos propios, el histriónico, Putin.
Un personaje que solo quiere
desestabilizar el mundo, que ya tiene suficientes problemas para estar
pendiente de este descerebrado, pero lo peor es que enfrente te encuentres otro
sheriff del mundo, y acabamos todos como el
rosario de la aurora.
Los ucranianos llevan 30 años
respirando libertad, después del yugo al que han estado sometidos bajo la URSS,
fíjense cómo será, que hoy todavía en los
lugares más recónditos del país no han podido acostumbrarse a vivir en
libertad.
Cuando escribo estas líneas,
los rusos están atacando la capital de Ucrania, hay más de 140 muertos ucranianos,
y el presidente del país agredido, Volodímir Zelenski, quiere sentarse con
Putin y buscar una solución a esta tragedia.
Analistas geopolíticos
disparan sus pronósticos sobre estos ataques rusos, pero nadie se pone de
acuerdo, muchos piensan, qué ocurrirá si Rusia
toma Kiev, la capital ucraniana, que es conocida por su arquitectura religiosa,
sus monumentos seculares y sus museos de historia. El río Dniéper cruza toda la
ciudad. Una ciudad que ha vivido la historia más cercana de la República de
Ucrania:
En la época de la Unión
Soviética (1922-1991), en mayor medida que en el Imperio ruso, la población
ucraniana fue afectada con limpiezas étnicas como el Holodomor en 1933, donde
murieron entre 4 millones y 12 millones de ucranianos y el idioma ucraniano fue
suprimido en gran medida en los años siguientes de la rusificación de Ucrania,
razón por la cual hay tantos rusohablantes en Ucrania en la actualidad. El
movimiento nacionalista ucraniano pasó a la clandestinidad, teniendo
importancia entre los años 1942 y 1956 con el Ejército Insurgente Ucraniano
(UPA), que intentó establecer un Estado independiente combatiendo a la invasión
nazi y a los soviéticos sin éxito. En 1945, la RSS de Ucrania se convirtió en
uno de los miembros fundadores de la ONU.
Ucrania se convirtió en un Estado independiente el 24 de agosto de 1991, tras el intento de golpe de Estado en la Unión Soviética que condujo finalmente a la disolución de la Unión Soviética en diciembre del mismo año. Desde entonces está en un proceso de transición de «descomunización» hacia una economía de mercado y un Estado democrático. Este proceso llevó a una inmediata depresión económica en la década de los años noventa. Con el comienzo del siglo XXI, Ucrania comenzó a recuperarse económicamente y empezó a moverse hacia una democracia libre con manifestaciones como Ucrania sin Kuchma en 2001 y la Revolución naranja en 2004. Hasta 2007, la economía de Ucrania creció sosteniblemente, siendo uno de los países más prometedores en cuanto a crecimiento económico; sin embargo, a partir de la gran recesión de 2008, padeció una segunda depresión económica.
Un país acostumbrado a los
golpes y al yugo autoritario de personajes que han temido siempre su
independencia como país.
¡NO A LA GUERRA! ¡Ojalá! Que, a día de hoy, todo haya terminado, pero las
últimas guerras del siglo XX no han sido breves.
"No hay camino hacia la
paz, la paz es el camino”.
Mahatma Gandhi
todomotronews@gmail.com
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