martes, 25 de enero de 2022

UN 911 S 2.4 TARGA FIRMADA POR FERDINAND ALEXANDER PORSCHE

Durante los últimos dos años, Porsche Classic ha estado trabajando en un proyecto único para celebrar los 50 años de Porsche Design. Se trata de la restauración de un 911 S 2.4 Targa de 1972, el año en que se fundó el estudio de diseño.


En homenaje a Ferdinand Alexander Porsche, este modelo único se presenta en el mismo color negro que caracteriza al legendario reloj Chronograph I, diseñado por él en 1972.

“La idea era lograr un contrapunto histórico del nuevo 911 Edición 50º Aniversario Porsche Design ”, explica Ulrike Lutz, Directora de Porsche Classic. “Con la ayuda del nuevo programa Sonderwunsch (peticiones especiales), logramos un cabo. El trabajo de los diseñadores y restauradores de fábrica consistió en cuidadosamente las especificaciones del nuevo modelo al clásico. El único requisito que debía cumplir el modelo donante era hecho en 1972. Los diseñadores y demás miembros del equipo de restauración de fábrica se encargaron de implementar el estilo del modelo nuevo en el clásico”. La restauración del 911 S 2.4 Targa requirió la estrecha colaboración entre Porsche Design y Porsche Classic. Uno de los grandes responsables del aporte de ideas fue Roland Heiler, de Studio FA Porsche en Zell am See.

“Nuestra filosofía general en un proyecto de restauración de fábrica es tratar de conseguir que sea lo más fiel posible al modelo original”, explica Uwe Makrutzki, Director de Restauración de Fábrica de Porsche Classic en Porsche AG. “Con este proyecto, adoptamos de forma deliberada un enfoque diferente. Hemos creado un vehículo único que combina tradición y modernidad, y que además lleva la firma de Ferdinand Alexander Porsche”.

Ferdinand Alexander (1935 - 2012) fue el hijo mayor de Ferry Porsche. Pasó dos semestres en la Escuela de Diseño de Ulm antes de ir a trabajar en Diseño de Carrocerías de Porsche. Desde finales de los años 50, allí se creó el Porsche 901, que se presentó en 1963 y se convirtió en un icono con el nombre de 911. En 1972, Ferdinand Alexander y su hermano Hans-Peter fundaron Porsche Design Studio como una empresa independiente . Durante los últimos 50 años, el estudio se ha convertido en la exclusiva marca de estilo de vida Porsche Design y ahora muestra el legado y la filosofía del profesor FA Porsche a través de una gran variedad de productos.

El negro era el color preferido de Ferdinand Alexander Porsche

El 911 restaurado está pintado en negro sólido y presenta llantas Fuchs anodizadas. Los laterales están decorados con franjas en platino acabado satinado y con el emblema Porsche Design. Como elemento destacado, el arco de seguridad del Targa también cuenta con un acabado platino satinado, que se ha conseguido mediante el uso del láser, en una nueva interpretación del acero inoxidable cepillado del modelo clásico original. Las letras Targa están terminadas en negro mate. Igual que en el nuevo modelo de edición especial, la parrilla del capó trasero incorpora una insignia “Porsche Design 50” con una reproducción de la firma de FA Porsche.

El interior también está dominado por el color negro, tal y como le hubiera gustado al profesor. Él mismo contribuyó, en la década de 1970, a que este tono fuera de tendencia desde su puesto como Director del primer departamento de Diseño de Porsche. Por ejemplo, las molduras decorativas del 911 cambiaron gradualmente de cromo a negro mate a partir de 1973. Se cree que este movimiento fue impulsado por FA Porsche en algún momento antes de 1972, cuando aún dirigía aquel departamento. El reloj Chronograph I, que apareció y presentó ese mismo año, fue el primero con caja y esfera negra, lo que resultó una innovación para el diseño de relojes en ese momento.


El interior del vehículo exclusivo restaurado presenta un patrón de cuadros que contrasta con la tapicería de cuero negro y crea un vínculo con la edición especial del 911 actual. Los cuadros del tejido Sport-Tex ofrecen la clásica combinación de negro y gris Cool, y se encuentran en todo el interior en elementos como los revestimientos de las puertas, la parte central de los asientos y la parte inferior del salpicadero.

Hay una insignia “Porsche Design 50” en el lado del pasajero y ese mismo emblema también decora la carpeta de documentos del vehículo y la bolsa de herramientas. El proyecto de restauración de fábrica se completa con una caja de presentación que contiene la documentación detallada del vehículo, un estuche para llaves, que es un diseño original de FA Porsche, y una maqueta del vehículo restaurado.

“La hoja de producción normalmente nos dice exactamente qué equipamiento tenía un vehículo cuando se fabricó y, por lo tanto, cómo deberá verse tras una restauración”, explica Makrutzki. “Pero esta vez tuvimos mucha más libertad para jugar con la configuración en este modelo de aniversario. Porsche Classic nos ayudó mucho en este apartado, pues no todas las modificaciones encajan con la filosofía general de un vehículo o son técnicamente factibles”.Materiales actuales en un modelo historico

El vehículo que corresponde como base, un 911 T 2.4 Targa de 1972, estaba en mal estado y carecía de algunas piezas. Si esto normalmente sería un comienzo complicado para un proyecto de restauración, en esta ocasión no fue relevante dadas las modificaciones que se iban a llevar a cabo. Los expertos de Porsche Classic actualizaron por completo el motor y el chasis para adaptarlo a las especificaciones de la versión S. El modelo tope de gama en su día tenía una cilindrada de 2.341 centímetros cúbicos, alcanzaba los 190 caballos de potencia a 6.500 rpm y estaba dotado de un sistema de inyeccion mecanica.

El mayor desafío, no obstante, fue restaurar el interior del vehículo. Las fundas de los asientos son un buen ejemplo de cómo los materiales modernos deben adaptarse a un habitáculo histórico. La resistencia y elasticidad del material elegido dificultó el tapizado de unos asientos con 50 años de vida. “Afortunadamente, contamos con un tapicero muy experimentado en nuestro equipo que respondió al desafío con la ayuda de algunas plantillas”, dice Makrutzki, quien asumió la responsabilidad de la prueba final en carretera.

“Llevamos a cabo estas pruebas dinámicas como una medida de control de calidad al término de cada restauración de fábrica. Siempre resulta emotivo conducir algo tan especial: después de todo, han sido meses de seguimiento e implicación durante todo el proceso. La emoción de salir a la carretera nunca desaparece”.

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