TE DOY MI PALABRA
Solo hay que darse una vuelta,
pasear por las estanterías de alguna biblioteca, dejarse llevar
intencionadamente por el interés de conocer a los grandes, con sus novelas
portentosas, entretenidas, que saben tocar las teclas de las emociones de los
demás, y que han llegado a convertirse en grandes obras universales.
Hoy en día, LA PALABRA se usa
poco y mal. Pero los valores del ser humano están brillando por su ausencia.
Siempre les pongo como ejemplo
el mundo que hemos creado en torno a nosotros
para llevarnos de un lugar a otro. Calles, carreteras, aceras, conforman otra
sociedad convertida en un submundo de lenguajes acústicos, visuales, con sus
propias reglas que hacen de la palabra una utilización estéril. La forma de
comunicarnos entre un vehículo y otro, está determinada por un reglamento común
que todos estamos obligados a conocer.
La mayoría nos pasamos media
vida en nuestros vehículos, mientras nos desplazamos de un lugar a otro, y si
hacemos uso de un ramillete de palabras, es para insultar a los demás ocupantes
de la vía.
Si acaso, alguna vez, un
conductor o un peatón se excusa con un “lo siento” o “perdóneme”. Por lo demás,
la mayoría son exabruptos motivados por desdén al diálogo
cuando se produce un accidente o alguien viola las normas poniendo en peligro a
otras personas.
Los vehículos nos ayudan a
desplazarnos de un lugar a otro, pero nada más, hacen que unos y otros nos
convirtamos en seres solitarios, poco habladores, y que nos dejemos abrigar por
una soledad obligada. Todo cambia cuando alguien nos acompaña, inmediatamente
ponemos nuestra maquinaria a engrasar, ahí empieza la comunicación social,
temas personales, de ocio, o la actualidad que nos rodea son habitualmente
temas recurrentes.
“TE DOY MI PALABRA”, esta
frase viene muy bien para encuadrar mis
reflexiones de hoy. Ya que estas cuatro palabras tenían un sentido no hace
mucho tiempo, era poner en valor algo que para nosotros era importante. Algo
así, como un apretón de manos, o una firma en un documento. La palabra es un
tesoro que el ser humano posee, hoy la hemos cambiado por políticos poco
prolíficos en su uso, en redes sociales que esconden a sus usuarios, o en
conductores que hacen de ella el insulto por bandera.
No dejen de hablar, pero de
ninguna de las maneras no dejen de ESCUCHAR, ejerciten las buenas maneras de
encontrarse con los amigos, familiares, compañeros, y demos la importancia que
tiene una sola palabra bien utilizada, AMOR, LIBERTAD, DEMOCRACIA Y ¡GRACIAS!
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
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