Las altas temperaturas están detrás de una buena parte de las incidencias
mecánicas que tienen los vehículos en verano, siendo la batería la que más
sufre, acaparando el 30% de las mismas, según Euromaster. El especialista en el
cuidado y mantenimiento integral del vehículo augura además para este año más
problemas en este componente debido al largo confinamiento y la falta de uso de
los vehículos.
Otra imagen icónica del verano es el vehículo en la cuneta con el capó
levantado. El motor es causante de cerca de una cuarta parte de los problemas
mecánicos en la época estival, si bien el abanico de causas puede ser muy
amplio.
Sin embargo, de forma particular, hay que prestar mucha atención a
problemas del motor derivados de la refrigeración, que erróneamente recibe
menos interés que otro fluido como es el aceite. Su importancia, aunque esté
detrás solo del 4% de las incidencias, es que el mantenimiento apenas cuesta 50
euros, pero de no llevarlo a cabo y sufrir una avería, el coste puede ascender
a más de 1.000 euros, 20 veces superior.
Además, la refrigeración del motor tiene la particularidad de que, pudiendo
estar ‘tocada’, en los desplazamientos urbanos cortos el coche puede mostrarse
“asintomático”, pero en carretera y en un recorrido largo puede dejar tirado al
conductor.
Daños vitales…para el conductor
Uno de los elementos del vehículo que sufren más en verano son los neumáticos,
ya que al estar sometidos a altas temperaturas tienden a aumentar presión,
generando un riesgo de reventón que, en este caso, no amenaza con dejar al
coche en la cuneta, sino con tener un accidente. Por ello, si bien no es la
incidencia más habitual en verano (es el 15% del total), es la que más riesgo
conlleva.
Desde Euromaster se hace hincapié en la importancia de revisar la presión
de los neumáticos en el taller antes de un viaje largo por carretera, más aún
cuando es una operación gratuita, por lo que aducir razones presupuestarias no
ha lugar. De hecho, los profesionales de la red constatan la tendencia en los
conductores a “sobreinflar” los neumáticos cuando hacen esta operación por sí
mismos en las estaciones de servicio, sobre todo por el desconocimiento de los
niveles de presión recomendados por el fabricante.
Otro problema que puede ser infravalorado por el conductor y que está muy
asociado al verano es el aire acondicionado. Al igual que la refrigeración, es
un dispositivo barato de mantener, pues la carga de aire acondicionado ronda
los 50 euros, pero caro de arreglar, pues la sola rotura del compresor puede
obligar a un desembolso de 400 euros.
Y en última instancia, el filtro de habitáculo, que apenas cuesta 10 o 20
euros, pero que al estar expuesto al exterior tiende a ensuciarse mucho con
facilidad y, por tanto, acaba afectando al flujo de aire dentro del coche. Esto
resta eficacia al sistema y no ayuda a crear una atmósfera templada para
conducir, sino más bien cálida, convirtiéndose en otro factor de riesgo para la
seguridad al volante.
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