La electrificación en la red global de producción de Mercedes-Benz Cars ha alcanzado un nuevo hito.
El inicio de la producción de los primeros híbridos enchufables compactos de Mercedes-Benz en la planta de Mercedes-Benz de Rastatt, en el sur de Alemania, es un paso estratégico importante para esta fábrica, y se ha realizado con éxito.
Con el soporte de una digitalización sistemática de los procesos de producción, la planta de Mercedes-Benz en Rastatt y su cualificado equipo han implementado la fabricación simultánea de dos variantes de carrocería: el A 250 e (consumo de combustible combinado 1,5-1,4 [1,4-1,1] l/100 km, consumo de energía combinado 15,0-14,6 [23,4-20,7] kWh/100 km, autonomía eléctrica de 74-78 [64-72] km, emisiones de CO2 combinadas 34-32 [31-25] g/km)[1] y el A 250 e Sedán (consumo de combustible combinado 1,4-1,3 [1,3-1,0] l/100 km, consumo de energía combinado 14,8-14,5 [23,0–20,3] kWh/100 km, autonomía eléctrica de 75-79 [65-73]km, emisiones de CO2 combinadas 33-32 [30-24]g/km)1. Los Mercedes-Benz Clase A y B con propulsión híbrida se estrenaron mundialmente en el Salón Internacional del Automóvil (IAA) de 2019 en Frankfurt am Main, Alemania. Los híbridos enchufables son un hito importante en el camino hacia la conducción sin emisiones. Los nuevos vehículos compactos con propulsión híbrida enchufable EQ Power se centran en el placer de conducir (eléctrico) y en la utilidad diaria. Su autonomía eléctrica supera los 70 km (NEDC). Mercedes-Benz Cars tiene como objetivo disponer de una gama de automóviles neutra en emisiones de CO2 en el año 2039. Ya para el año 2030, la compañía se ha marcado como objetivo que más del 50% de los coches que comercialice sean híbridos enchufables o totalmente eléctricos. Esto también se aplica al propio proceso de producción: desde 2011 la planta de Mercedes-Benz en Rastatt ya ha implementado diversas medidas que han reducido casi a la mitad las emisiones específicas de CO2 por vehículo en su producción.
Con el apoyo de una serie de procesos digitales, como el trabajo con dispositivos móviles, los sistemas de transporte guiados automáticamente (AGV) y el hecho de ser una fábrica sin papel, los empleados de la planta de Rastatt pueden responder de manera flexible y eficiente a múltiples adaptaciones de los modelos, tanto por equipamiento como por sistemas de propulsión. Los altos estándares de producción de Mercedes-Benz aseguran una elevada calidad en todo el mundo y en cualquier tipo de vehículo.
La Clase A con propulsión híbrida enchufable se produce en la misma línea de la planta de Mercedes-Benz en Rastatt que los modelos con sistemas de propulsión convencionales. Por lo tanto, se puede adaptar de manera flexible y eficiente la producción de vehículos con diferentes tipos de propulsión. La planta trabaja así a una capacidad óptima y se garantizan los elevados estándares de producción y calidad de Mercedes-Benz.
La planta de Mercedes-Benz en Rastatt comenzó a adquirir experiencia en la construcción de vehículos eléctricos de 2014 a 2017. Durante este período, se produjo allí el B 250 e (consumo de energía combinado 16,6 kWh/100 km, emisiones combinadas de CO2: 0 g/km)[2], un vehículo totalmente eléctrico con una autonomía de hasta 230 kilómetros.
Movilidad sostenible a lo largo de toda la cadena de valor añadido
Con la actual producción de vehículos híbridos, y la próxima de eléctricos, la planta de Mercedes-Benz en Rastatt está realizando una importante contribución al plan “Ambition 2039”. Así es como Mercedes-Benz Cars denomina su ambicioso camino hacia la movilidad sostenible y la protección ante el cambio climático en toda la cadena de valor añadido. Para el año 2039, el Grupo aspira a tener una nueva gama de turismos neutra en emisiones de carbono; y para 2030, la compañía se ha marcado como objetivo que más del 50% de los coches que comercialice sean híbridos enchufables o totalmente eléctricos.
Para conseguir una producción neutra en carbono se emplean dos palancas: la generación eficiente de energía y la reducción del consumo de energía. Con tecnologías como la cogeneración de calor y electricidad (CHP), los sistemas de intercambio de calor o la recuperación de calor, la planta de Mercedes-Benz en Rastatt ha logrado reducir a casi la mitad, desde 2011, las emisiones específicas de CO2 por vehículo en el proceso de producción. Otro ejemplo son los nuevos canales de información sobre energía y medio ambiente en esta planta. El próximo gran proyecto ya está en la agenda: para 2022 se espera que la energía de la planta de Mercedes-Benz en Rastatt, así como la de las otras plantas europeas de Mercedes-Benz, provenga totalmente de fuentes renovables como las energías eólica, solar e hidroeléctrica.
El placer de conducción eléctrica gracias a eficientes componentes de alta tecnología
El módulo híbrido que impulsa al Clase A es extremadamente compacto: el motor eléctrico está integrado en la transmisión de doble embrague de ocho velocidades. Por primera vez en un vehículo Mercedes-Benz, el motor de combustión es arrancado exclusivamente por el motor eléctrico (los híbridos compactos no tienen un motor de arranque por separado). El motor eléctrico puede alcanzar 75 kW. En conjunto con el motor de cuatro cilindros de 1,33 litros, se genera una potencia del sistema de 160 kW (218 CV) y un par de 450 Nm. Gracias a la potencia del motor eléctrico EQ, estos automóviles responden muy rápidamente al pedal del acelerador y ofrecen un rendimiento impresionante: el A 250 e, por ejemplo, acelera de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos, con una velocidad máxima de 235 km/h.
La unidad de almacenamiento de la energía eléctrica es una batería de alto voltaje de iones de litio, con una capacidad total de aproximadamente 15,6 kWh, que puede ser cargada en una fuente de energía eléctrica externa AC o DC. Las baterías de alta tensión se fabrican en Accumotive, filial que pertenece a Mercedes-Benz. Desde 2012, los sistemas de baterías para vehículos eléctricos y electrificados de Mercedes-Benz, smart y vehículos comerciales se producen en Kamenz, al este de Alemania. El emplazamiento de Kamenz, que consta de dos fábricas de baterías, es de última generación y uno de los más grandes de la industria automovilística mundial. En total, la red de producción de baterías de Mercedes-Benz Cars constará de nueve fábricas en siete localizaciones de tres continentes.
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