VIVIR PARA VIVIR
La Organización Mundial de la
Salud nos recuerda que cada año mueren cerca de 1,3 millones de personas en su
Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial, hay datos que lo
ratifican. Una evaluación sobre la situación de la seguridad vial en 178 países
cuyos resultados ponen de manifiesto que los traumatismos por accidentes de
tránsito son un importante problema de salud y se prevé que en el futuro lo
sean aún en mayor medida.
Es evidente que este banco
tiene muchas patas para llevar a buen puerto nuestra propia seguridad, la de
nuestra familia y la de los demás. Padres, profesores, instituciones,
fabricantes y todos y cada uno de los conductores conforman excepcionalmente a
los responsables de que se produzcan accidentes cada año en las carreteras del
mundo.
Hay una serie de curiosidades
que hoy nos vienen al pelo, y que nos recuerda la Organización mundial de la
salud:
·
El 90% de las muertes en carretera se producen
en los países de ingresos bajos y medianos, a los que solo corresponde un 48%
del parque mundial de vehículos matriculados.
·
Aproximadamente un 46% de las personas que
fallecen en el mundo a consecuencia de accidentes de tránsito son peatones,
ciclistas y conductores o pasajeros de vehículos de motor de dos ruedas
(colectivamente denominados «usuarios vulnerables de la vía pública»). Esa
proporción es mayor en los países de ingresos bajos que en los de ingresos
altos.
·
El control de la velocidad es un instrumento
importante para reducir los traumatismos por accidentes de tránsito, sobre todo
entre los peatones, ciclistas y motociclistas. Menos de una tercera parte de
los países han adoptado las medidas requeridas (por ejemplo, la creación de
zonas de velocidad reducida) para aminorar la velocidad en las vías urbanas.
·
Conducir bajo los efectos del alcohol
incrementa el riesgo de sufrir un accidente y también las probabilidades de
defunción o traumatismo grave. La OMS recomienda que el límite máximo de
alcoholemia se fije en 0,05 gramos por decilitro (g/dl) para los conductores
adultos, una norma que por ahora se ha implantado en menos de la mitad de los
países.
·
La utilización de un casco de buena calidad
puede reducir las probabilidades de morir de resultas de un accidente de
tránsito en casi un 40% y el riesgo de sufrir traumatismos graves en más de un
70%. Solo un 40% de los países tienen en vigor leyes sobre el uso del casco, aplicables tanto a los conductores como a los
pasajeros y exigen el cumplimiento de rigurosas normas de calidad para estos
dispositivos.
·
Abrocharse el cinturón de seguridad reduce el
riesgo de defunción entre los pasajeros de los asientos delanteros en un
40%-65% y puede disminuir el número de muertes entre los ocupantes de los
asientos traseros en un 25%-75%. Solo el 57% de los países exigen la
utilización del cinturón de seguridad tanto en los asientos delanteros como en
los traseros.
·
En caso de accidente, la utilización de
dispositivos de retención para niños (sillas para lactantes o niños, y
elevadores) pueden reducir el número de defunciones infantiles entre un 54% y
un 80%. Menos de la mitad de los países cuentan con unas leyes que exijan la
utilización de este tipo de dispositivos en los vehículos.
·
La rápida dispensación de una atención
prehospitalaria de calidad puede salvar las vidas de muchas víctimas de
accidentes de tránsito. El 76% de los países cuentan con sistemas de atención
prehospitalaria, aunque estos pueden estar dotados de personal altamente
cualificado o, en el extremo opuesto, depender de la intervención de quienes se
encuentran en el lugar del siniestro. Existen a nivel mundial unos 90 números
de teléfono diferentes para llamar a los servicios de atención prehospitalaria:
es necesario unificarlos.
·
Los traumatismos por accidentes de tránsito
pueden prevenirse. Varios países, en su mayoría pertenecientes al grupo de
ingresos altos, han logrado en las últimas décadas importantes avances en la
reducción de las tasas de mortalidad atribuibles a esta causa. Pero aún queda
mucho por hacer en este ámbito.
·
Se prevé que los traumatismos por accidentes de
tránsito se convertirán de aquí a 2030 en la quinta causa de defunción más
importante, con una tasa anual de mortalidad de 2,4 millones de personas,
debido, por una parte, al incremento de las
defunciones por accidentes de tránsito y, por otra, a la disminución de las
muertes atribuibles a determinadas enfermedades.
Es posible que las peores
cifras nos queden algo lejanas. Pero siempre viene bien recordar estos datos
sobre la seguridad vial en el mundo porque los riesgos se encuentran en
cualquier lugar, en nuestros propios coches si no utilizamos los SRI o el cinturón
de seguridad, en nuestras bicis si vamos sin protección... y en el ejemplo que
les damos a los niños de conducción responsable y segura.
“Vivir para vivir, solo vale
la pena vivir para vivir”, no se olviden y pongamos todos de nuestra parte, y
no nos convirtamos todos en una curiosa o anecdótica cifra que refleje lo que no
debería de ser la carretera.
Pepe Bejarano
todomotornoticias@gmailcom
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