ESPECTÁCULO DIFUMINADO
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…El pasado día 5 del presente mes de diciembre, se celebró en
el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla un homenaje en honor de la
genial bailaora trianera Carmelilla Montoya. Una artista
clásica y conocedora del cante que ha tenido que dejar los escenarios por culpa
de una enfermedad, cuando todavía tenía mucho que ofrecer a los aficionados al flamenco.
El espectáculo fue una producción de Jesús Molina, estuvo organizado por
la Fundación
Cristina Heeren, la homenajeada fue presentada por Ricardo Pachón —director del Instituto Andaluz del Flamenco— y más de 1.500 personas acudieron al recinto. Como pueden
ver todo bien hilvanado para un evento de categoría si no hubiera sido por la
niebla… ¿Niebla dentro de FIBES? Sí, pero una niebla que no tiene nada que ver
con el inevitable meteoro del que hemos hablado en los párrafos anteriores.
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Cuando caminábamos en la fría noche hacia nuestros
utilitarios que nos llevarían a casa, se sucedían los comentarios: “¿Ha tocado Rafael
Riqueni?” “Creo que sí, pero no lo he podido identificar, aunque por el
sonido de una de las guitarras, yo diría que estaba allí”. “El que parece que
no ha acudido es Arcángel”. “Ese es seguro que no ha estado. Su voz y su silueta
son inconfundibles”. “¡Qué bien ha bailado Cristina Hoyos!” Pues no, Cristina
Hoyos no bailó bien, ni bien ni mal, porque no acudió a la cita en la
que estaba anunciada… Y es que la niebla pudo confundir a más de un espectador.
De todas formas, mereció la pena asistir al homenaje que los
flamencos tributaron a Carmelilla Montoya… Arte, compás,
duende, emoción y maestría… Comenzó la noche con la marcha “Amargura” envuelta
en el sonido de las guitarras. Rubén Olmo —director del Ballet Nacional— exornó su danza “Ave Fenix” con el
clásico mantón y el compás de la guitarra de Riqueni… Dos filas de
sillas flanqueaban el tablao: En primer lugar, cantaron los hombres… El
Pele hizo una poderosa versión de la soleá de Triana, el maestro Pansequito
cantó, también, por soleá y José de la Tomasa —qué buen detalle el suyo; si tenemos en cuenta que todos los
aficionados al flamenco no son entendidos, queda muy bien un apunte didáctico—, dijo que iba a cantar por seguiriya, y cantó por seguiriya,
vaya si cantó, como lo hacen los maestros. En segundo lugar, cantaron las
mujeres… Alba Molina se entonó por bulerías —el recuerdo de sus padres, Lole y Manuel, sobrevoló
el ambiente festero—. Se sucedieron los tangos y las bulerías
con las voces flamencas de La Tobala, María Terremoto, Aurora
Vargas… Y llegó el baile… Revuelo de volantes, rasgueo de guitarras,
palmas al compás y la profesionalidad del cantaor Segundo Falcón que cantó
para quince bailes… Rosario La Farruca bailó soleá por bulerías, Eva
Yerbabuena y José Valencia con el cuplé “Se nos
rompió el amor” protagonizaron una de las actuaciones más bellas de la noche…
Hubo más, mucho más, pero la niebla lo difuminó casi todo…
Una pena, porque, en este caso, se pudo
poner algún remedio.
Con mis mejores deseos, feliz Navidad.
Fernando Monge
fmongef@gmail.com
15/diciembre/2019
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