Movida por la pasión y el cuidado por el detalle, Polini ha mantenido una evolución constante desde su nacimiento hace 74 años para convertirse en líder mundial en el diseño y producción de piezas especiales para scooter y maxiscooter.
Corría 1945, recién finalizada la II Guerra Mundial, cuando Battista Polini, fundador de Polini, abrió un pequeño taller para reparar y fabricar bicicletas, que por aquel entonces era el principal medio de transporte. No tardó en imponerse el scooter, que Battista también reparaba y comenzó a modificar; con una Vespa como primer laboratorio de pruebas a la que mejoró su comportamiento y el rendimiento de su motor.
La creatividad italiana se plasmaba en el despertar transalpino, y Polini era un claro ejemplo, que desde sus inicios no ha parado de crecer. Un negocio familiar, pero con una organización muy bien estructurada para adaptarse a las distintas épocas de su devenir y que le han llevado a ser la primera empresa en la fabricación de accesorios para scooter, estando presente en más de 60 países.
Un presente apasionante
Actualmente la sede central de Polini se ubica en Alzano Lombardo, en la provincia de Bérgamo, al norte de Milán, en un edificio de 13.800 m2 sobre un área de unos 20.000 m2. Una sede diseñada por Joseph Di Pasquale, con un enorme cilindro de aluminio que sirve de techo para el último piso de la zona de oficinas y como frontal del departamento de competición. Formas que reflejan la actividad y el espíritu de la fábrica y que suponen un homenaje a la capacidad humana de inventar y controlar las máquinas. Unas instalaciones que se han convertido en referente absoluto del sector movida por la filosofía y la pasión, espíritu de la familia Polini. Una empresa perfectamente estructurada, con estudiados espacios para los diferentes departamentos desde donde crean nuevas soluciones para garantizar que los motores tengan cada vez mayor rendimiento, con la máxima seguridad y fiabilidad posibles.
Cada departamento tiene su espacio para el desarrollo de sus productos: centro de I+D, de diseño, programación, desarrollo, almacenamiento, administración, división de ventas, competición y fabricación, para que Polini siga creciendo como líder mundial en el diseño y producción de piezas especiales para scooter y maxiscooter.
Pero Polini en la actualidad va más allá, siendo también referente en la fabricación de minimotos desde principio de los años 90, de paramotores de dos tiempos con cilindradas de 80 a 250 cm3 (Polini Thor) destinados a las múltiples exigencias de vuelo, y de accesorios y motores para pequeñas motos de enduro, cross y supermotard desde 1997. Y con una estudiada sala de pruebas y departamento de competición, desde donde se dirige la Polini Italian Cup, cuna de algunos de los pilotos más laureados en el mundial de velocidad, como el mismísimo Valentino Rossi.
Un futuro prometedor
Pero su trabajo y evolución van más allá, planificando su futuro sobre las nuevas tendencias sociales en la búsqueda de la sostenibilidad en el transporte, atendiendo al compromiso marcado por una mayor atención a los temas ambientales y a las últimas tendencias de un estilo de vida eficiente. Así, en septiembre de 2016, Polini Motori presentó su nuevo reto: un innovador motor eléctrico E-P3 para bicicletas eléctricas y unas baterías que ofrecen una autonomía impensable hasta ese momento.
Saimon Polini, director de márketing de Polini, desvela sus directrices para el mañana “Investigamos y diseñamos nuevas tecnologías abriendo vías de negocio mirando al futuro, como el motor y baterías para la bici eléctrica, en base a las demandas sociales y de mercado. Pero no paramos de evolucionar desde nuestro centro de diseño las piezas ya existentes, para lograr que cada elemento mejore su rendimiento y fiabilidad, y se adapten a los nuevos modelos que salen al mercado”.
Uno de los elementos que más ha evolucionado Polini son los variadores, que permiten mejorar ampliamente el rendimiento sin modificar el motor. Cada una de las piezas que lo componen mejoran la calidad del original para, además de lograr en conjunto un rendimiento superior, ofrecer una mayor fiabilidad y reducir la fricción y el desgaste de cada pieza, con especial mención al sistema de lubrificación. Patentado por Polini, este dispositivo se mantiene, dentro del bulón sobre el que gira el variador, siempre engrasado de una forma uniforme. Su control de calidad es superlativo. No en vano, cada variador que se fabrica se equilibra individualmente para lograr un funcionamiento óptimo y, si presenta alguna mínima variación, se deshecha.Denis Polini, Director de I+D, añade “nosotros diseñamos y fabricamos accesorios y elementos casi para cada área del scooter, ya sea de la parte ciclo, del motor o de la carrocería para mejorar el producto original. Actualmente centramos mucha de nuestra tecnología en el desarrollo del sistema de transmisión, ya que existe mucha demanda de variadores, pues su montaje es sencillo, no requiere una gran inversión y mejora ostensiblemente la respuesta de la moto, la entrega de potencia, el funcionamiento en general y sus prestaciones”.
Componentes concebidos en su factoría que han llevado a Polini a ser la referencia y el primer fabricante en piezas especiales para scooter, permitiendo personalizarlo de forma que no haya dos iguales. Desde su departamento de I+D diseña cada accesorio, en una evolución constante para atender a las demandas más exigentes, con la base del campeonato italiano como banco de pruebas y con la tecnología más avanzada para crear cada pieza.
El carburador aún atesora gran importancia. Permite innovar y cada parte que compone el carburador es concebida, desarrollada y fabricada por la empresa de Bérgamo y montada a mano. Si bien en su proceso de fabricación algunos de estos componentes están confeccionados por un sistema de robotización dada la delicadeza que requieren para asegurar su perfecta elaboración. Cada carburador está creado totalmente en aluminio, ofreciendo unas dimensiones compactas y un peso un 40 por ciento menor que uno tradicional; con una amplia gama de diámetros (15/17,5/19/21/23/24). Su refinado diseño, y el del espacio interior, permite que los flujos de gasolina, aire, chorro máximo y mínimo logren el mayor rendimiento con consumos más reducidos. Y para adaptarse a los diferentes motores del mercado, tanto originales como de competición, están disponibles bridas con distintos diámetros.
Esta meticulosidad se aplica a cada componente que fabrica Polini, que dispone de 5.000 referencias en catálogo para adaptarse a las exigencias de cada cliente y de cada nuevo scooter que sale al mercado, sin olvidar la competición de base en varias modalidades.
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