CONCIENCIAR ANTES QUE LAMENTAR
Que un conductor no le tenga
valor a su vida, ni a los demás, es el resultado de miles de infracciones que
se dan cada día en las carreteras españolas. Pero que un conductor no se ocupe
de la seguridad de sus propios hijos, esto ya clama al cielo y más allá.
Esta afirmación objetiva tiene
que ver con los resultados de hace unas semanas de los controles que ha llevado
a cabo la DGT en las carreteras española en relación a no llevar los cinturones
de seguridad y las sillas de seguridad para los niños.
Comprendo que las cifras son
muy frías, y que verlas negro sobre blanco, no tienen nada que ver, sobre todo,
cuando se investiga un accidente y el resultado del mismo, habla de víctimas o
heridos en los que los niños son desgraciadamente protagonistas de estos accidentes.
Después, llegan las lamentaciones, “el qué tendría que haber hecho y no lo
hice, cómo se me pudo pasar comprar las sillitas, o sencillamente no llevar
puesto el cinturón de seguridad”, una serie de argumentos que llevaremos en
nuestra mente sellados a fuego para toda nuestra vida.
No señoras y señores, ahora,
es el momento de buscar soluciones y de ponerle solución a tantas y tantas
lamentaciones, que a posteriori no tienen, ya, ningún sentido.
Las cifras son significativas:
§ Se han
controlado a más de 400.000 vehículos y se han detectado 4.000 personas
circulando sin llevar puesto ningún sistema de retención
§ EL 73,5% de las personas que no hacían uso
de dicho cinturón circulaban por carreteras convencionales
§ En 2018, 185 fallecidos que viajaban en
turismo o furgoneta no hacían uso del cinturón de seguridad
VEHÍCULOS
|
CONTROLADOS
|
DENUNCIAS
|
TURISMOS
|
336.778
|
3.160
|
TAXIS
|
13.366
|
87
|
VEH.MERCANCIAS
|
46.094
|
704
|
AUTOBUSES
|
6.743
|
49
|
TOTAL
|
402.981
|
4.000
|
Solo en los siete días que ha
durado la campaña de intensificación de vigilancia del uso del cinturón de
seguridad y de los sistemas de retención infantil, los agentes de la Agrupación
de Tráfico de la Guardia Civil detectaron a 232 menores de edad y con una
estatura igual o menor a 135 cm viajando
en un vehículo sin usar ningún tipo de sistema de retención. Concretamente, 63
de ellos ocupaban asientos delanteros y
169 iban en los asientos traseros.
Este dato preocupa
especialmente a la Dirección General de Tráfico, ya que uno de los objetivos
previstos en la Estrategia de Seguridad Vial aprobada 2011-2020 es lograr que
ningún niño pierda la vida por no ir sentado en una silla adecuada a su peso y
talla. Por este motivo, la seguridad en los desplazamientos de los mismos es uno
de los aspectos que se regulan en la Ley de Seguridad Vial y en el Reglamento General de Circulación.
Además de los 232 menores que viajaban sin ningún tipo de retención,
se suman otros 3.768 adultos que
viajaban sin hacer uso del cinturón de seguridad.
El 73,5% de las personas que
no hacían uso de dicho dispositivo de seguridad circulaban por carreteras
convencionales, vías donde se producen 8 de cada 10 fallecidos.
LOS MENORES, RESPONSABILIDAD
DEL ADULTO
El cinturón de seguridad es un
elemento básico y fundamental de la seguridad vial, un seguro de vida. Por este
motivo, su uso es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo y en todo
tipo de vías. Además, la utilización correcta del mismo es imprescindible para
que cumpla el cometido para el que fue creado.
Usted mismo, puede comprobar,
si conduce habitualmente, cómo muchos conductores no usan el cinturón de
seguridad, o sencillamente algunos niños van en brazos de sus madres en los
asientos traseros o sin ningún tipo de sujeción.
En las ciudades, o en los
pueblos, al salir de un supermercado, o una gran superficie pensando que
estamos cerca de casa hacemos caso omiso de este tipo de normativa, las causas,
la incomodidad, o el hecho de que estamos cerca de casa, ¡el no pasa nada!, del
responsable de los vehículos, se convierte en ¡no tenía que haberlo hecho!,
¡pero qué trabajo nos hubiera constado!, al final no hay consuelo.
Cuando es más sencillo, más
fácil que todo ello, no se trata de que nos sancionen o no, estamos jugando con
nuestra vida y la de nuestros hijos, nuestros nietos, estamos jugando por
desidia o irresponsabilidad con la vida de otras personas.
Por eso, creo que, en estos
casos, ante la desidia o la irresponsabilidad, las sanciones deberían ser
ejemplarizantes desde el punto de vista económico, o incluso con la suspensión
cautelar de los permisos de conducir.
Creo que es mejor CONCIENCIAR,
antes que LAMENTAR.
Sí, antes que la pérdida de
una vida en un accidente de tráfico no tenga marcha atrás, es mejor ser
vehementes con los temerarios e irresponsables.
Lo siento, pero por muy duras
que sean las sanciones, nunca se podrán comparar con la pérdida de una vida.
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmal.com
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