sábado, 26 de octubre de 2019

LA ROTONDA


CONCIENCIAR ANTES QUE LAMENTAR



Que un conductor no le tenga valor a su vida, ni a los demás, es el resultado de miles de infracciones que se dan cada día en las carreteras españolas. Pero que un conductor no se ocupe de la seguridad de sus propios hijos, esto ya clama al cielo y más allá.

Esta afirmación objetiva tiene que ver con los resultados de hace unas semanas de los controles que ha llevado a cabo la DGT en las carreteras española en relación a no llevar los cinturones de seguridad y las sillas de seguridad para los niños.

Comprendo que las cifras son muy frías, y que verlas negro sobre blanco, no tienen nada que ver, sobre todo, cuando se investiga un accidente y el resultado del mismo, habla de víctimas o heridos en los que los niños son desgraciadamente protagonistas de estos accidentes. Después, llegan las lamentaciones, “el qué tendría que haber hecho y no lo hice, cómo se me pudo pasar comprar las sillitas, o sencillamente no llevar puesto el cinturón de seguridad”, una serie de argumentos que llevaremos en nuestra mente sellados a fuego para toda nuestra vida.

No señoras y señores, ahora, es el momento de buscar soluciones y de ponerle solución a tantas y tantas lamentaciones, que a posteriori no tienen, ya, ningún sentido.

Las cifras son significativas:

§  Se han controlado a más de 400.000 vehículos y se han detectado 4.000 personas circulando sin llevar puesto ningún sistema de retención

§     EL 73,5% de las personas que no hacían uso de dicho cinturón circulaban por carreteras convencionales

§    En 2018, 185 fallecidos que viajaban en turismo o furgoneta no hacían uso del cinturón de seguridad


VEHÍCULOS
CONTROLADOS
DENUNCIAS
TURISMOS
336.778
3.160
TAXIS
13.366
87
VEH.MERCANCIAS
46.094
704
AUTOBUSES
6.743
49
TOTAL
402.981
4.000

  










Solo en los siete días que ha durado la campaña de intensificación de vigilancia del uso del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil detectaron a 232 menores de edad y con una estatura igual o menor a 135 cm  viajando en un vehículo sin usar ningún tipo de sistema de retención. Concretamente, 63 de ellos ocupaban  asientos delanteros y 169 iban en los asientos traseros.

Este dato preocupa especialmente a la Dirección General de Tráfico, ya que uno de los objetivos previstos en la Estrategia de Seguridad Vial aprobada 2011-2020 es lograr que ningún niño pierda la vida por no ir sentado en una silla adecuada a su peso y talla. Por este motivo, la seguridad en los desplazamientos de los mismos es uno de los aspectos que se regulan en la Ley de Seguridad Vial y en el  Reglamento General de Circulación.


Además de los 232  menores que viajaban sin ningún tipo de retención, se suman  otros 3.768 adultos que viajaban sin hacer uso del cinturón de seguridad.

El 73,5% de las personas que no hacían uso de dicho dispositivo de seguridad circulaban por carreteras convencionales, vías donde se producen 8 de cada 10 fallecidos.


LOS MENORES, RESPONSABILIDAD DEL ADULTO

El cinturón de seguridad es un elemento básico y fundamental de la seguridad vial, un seguro de vida. Por este motivo, su uso es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo y en todo tipo de vías. Además, la utilización correcta del mismo es imprescindible para que cumpla el cometido para el que fue creado.

Usted mismo, puede comprobar, si conduce habitualmente, cómo muchos conductores no usan el cinturón de seguridad, o sencillamente algunos niños van en brazos de sus madres en los asientos traseros o sin ningún tipo de sujeción.

En las ciudades, o en los pueblos, al salir de un supermercado, o una gran superficie pensando que estamos cerca de casa hacemos caso omiso de este tipo de normativa, las causas, la incomodidad, o el hecho de que estamos cerca de casa, ¡el no pasa nada!, del responsable de los vehículos, se convierte en ¡no tenía que haberlo hecho!, ¡pero qué trabajo nos hubiera constado!, al final no hay consuelo.

Cuando es más sencillo, más fácil que todo ello, no se trata de que nos sancionen o no, estamos jugando con nuestra vida y la de nuestros hijos, nuestros nietos, estamos jugando por desidia o irresponsabilidad con la vida de otras personas.

Por eso, creo que, en estos casos, ante la desidia o la irresponsabilidad, las sanciones deberían ser ejemplarizantes desde el punto de vista económico, o incluso con la suspensión cautelar de los permisos de conducir.

Creo que es mejor CONCIENCIAR, antes que LAMENTAR.

Sí, antes que la pérdida de una vida en un accidente de tráfico no tenga marcha atrás, es mejor ser vehementes con los temerarios e irresponsables.

Lo siento, pero por muy duras que sean las sanciones, nunca se podrán comparar con la pérdida de una vida.

Con afecto y respeto,

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmal.com

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