SUGERENCIAS
En este artículo voy a atender las sugerencias
de dos buenos amigos que, de vez en cuando, dan un repaso a la revista TODOMOTOR
y, también, le dedican unos minutos a la sección CEDA EL PASO. Son personas de
espíritu inquieto, mente abierta y muestran gran interés por conocer el entorno
en el que habitan… que habitamos, pues yo me identifico con ellos en muchas de
sus facetas. Los tres tenemos criterios muy definidos, tratamos con tolerancia nuestras diferencias
políticas, religiosas o deportivas —futbolísticas para más
señas— y disfrutamos
con aficiones
comunes que son las que avivan nuestra empatía… Nos gusta la música, viajar, el
cine, el deporte, la lectura, las obras de arte, pasear y la conversación a
palo seco, aunque nos resulta más placentera si la enriquecemos con una cerveza
fresca, un vino o una buena comida, siempre con nuestras respectivas compañeras.
Tenemos un instrumentista en el grupo, compartimos, por nacimiento o
residencia, las provincias andaluzas de Cádiz, Huelva y Sevilla y gozamos de
buen sentido del humor, así que nuestras convivencias son un acopio de buen
ambiente.
En una de esas convivencias, uno de
los amigos me sugirió que, en alguno de los artículos, podría dedicar un
espacio a las etiquetas que ha creado la
DGT para clasificar a los vehículos según su impacto medioambiental, y que muchos conductores hemos
recibido por correo ordinario. Esos
distintivos que, sin carácter obligatorio, se nos aconseja colocar en el ángulo
inferior derecho del parabrisas delantero.
Para ir entrando en materia,
comenzaremos por decir que existen 4
pegatinas diferentes, dependiendo del combustible, la antigüedad o las
características del vehículo. Como estas explicaciones suelen ser complejas,
vamos a sintetizar en la medida de lo posible.
En primer
lugar,
están las de color azul: 0 Emisiones. Las lucirán los eléctricos
—de batería, de pilas o enchufables— y los híbridos enchufables con una autonomía mínima
de 40 kilómetros.
En segundo
lugar,
las de color verde y azul: ECO. Los
híbridos no enchufables, los enchufables con una autonomía inferior a los 40
kilómetros y los de gas natural o licuado mostrarán esta etiqueta.
En tercer
lugar, verde: C. Los vehículos diésel
matriculados a partir de 2014 y los de gasolina, a partir de 2006 están en esta
categoría.
Y en
cuarto lugar, amarillo: B. Los diésel
matriculados a comienzos de 2006 y los de gasolina que salieron en el año 2000
llevarán este distintivo.
No habrá etiquetas para los de
gasolina anteriores al año 2000, ni para los diésel anteriores a 2006. Y si la han
perdido o no les ha llegado, la pueden solicitar en cualquier delegación de
Tráfico o adquirirla en algunas de las principales oficinas de Correos por el
módico precio de 5 euros.
El otro amigo me sugirió, a través de
un mensaje de WhatsApp, que hablara de los SUV
crossover, y como ambos cuentan con mi respeto y consideración, quiero
complacer a los dos. Por tanto, vamos a intentar aclarar de manera escueta, qué
son esos vehículos.
SUV es la abreviatura de
Sports Utility Vehicle (Vehículos Utilitarios Deportivos). Estos vehículos son
similares a una camioneta multiuso o a un coche familiar y, en algunos casos,
ofrece tracción 4X4 para conducirlos en carretera o fuera de ella. La
carrocería y el bastidor se construyen por separado y después se ensamblan. El
resultado es que son cómodos, ofrecen amplios espacios interiores —incluido el maletero—, tienen cabida para cinco o siete
persona, resisten terrenos difíciles… El argot automovilístico lo denomina todocamino, pues no llega a ser un
auténtico todoterreno —4X4 con reductora en la caja de cambio,
suspensión más elevada, ruedas más altas, bajos reforzados... para circular por
montaña, barro o nieve—.
Crossover —cruce en español—, como su nombre indica, es el cruce
de un sedán o berlina con un SUV. En
estos vehículos el bastidor y la carrocería están construidos en una sola
pieza, su diseño es mucho más ligero y se aproxima más a un utilitario que a un
todoterreno. Algunos entendidos suelen anteponer la abreviatura SUV al término crossover —SUV crossover—… Naturalmente, todo lo expuesto se podría
enriquecer con minuciosos detalles que ocuparían páginas y más páginas, pero no
es lo que nos hemos propuesto.
Para escribir este artículo, he recurrido a la
necesaria información facilitada por la DGT y las diferentes páginas
especializadas en la arquitectura de vehículos… No soy experto en normativa,
motores, bastidores, carrocerías…, pero sí tengo curiosidad e interés por
conocer el ámbito que me rodea. Y como, por azar, he llegado a una revista de motor… En eso estamos.
Con mis mejores deseos, saludos cordiales.
Fernando Monge
24/febrero/2019
Sus comentarios, opiniones o vídeos serán muy
bien acogidos en mi dirección de correo:
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