sábado, 18 de mayo de 2019

LA ROTONDA


VIOLENCIA VIAL




Dieciocho países iberoamericanos se han reunido en Madrid en la VIII Asamblea del Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial. Los máximos responsables del tránsito y la seguridad vial de estos países han puesto sobre la mesa los avances más significativos para acabar con la VIOLENCIA VIAL.



Los objetivos de esta Asamblea han sido, armonizar las políticas integrales de movilidad y seguridad vial, al tiempo que consolidar las agencias nacionales de los países miembros. Por otro lado, divulgar el conocimiento y las buenas prácticas aplicables en las políticas de seguridad vial de los países y que ambos favorezcan la toma de decisiones:

• Implicar y movilizar a la sociedad civil en la política de la seguridad vial, haciéndola partícipe en las medidas que se deben adoptar.
Para conseguir los objetivos propuestos, el primer día de la asamblea se dedicaron a exponer la experiencia española, incidiendo en aquellos aspectos de especial interés para los representantes de los países asistentes (recogida de datos, velocidad, alcohol-drogas, vulnerables y fiscalización). Además, en cada sesión participaron diferentes países latinoamericanos que aportaron sus experiencias dificultades, logros, y se va a elaborar un listado de recomendaciones para aplicar en los países y trabajar para ponerlas en marcha.
Nuestro ministro del interior, Grande Marlaska, intervino en la Asamblea y se refirió a uno de los protagonistas de los accidentes de tráfico que, todavía hay que tenerlas más en cuenta:

 “Las victimas están en el centro de la política de seguridad vial. Son las que nos motivan y nos dan la energía necesaria para el trabajo diario. Todos estamos en deuda con ellas, por no haber sabido o podido evitar sus tragedias. No deberíamos olvidar que estarán pendientes del resultado de este evento y no podemos defraudarles”, ha señalado.

Otro de los datos que hay que remarcar de esta Asamblea es que el 1% de los vehículos en el mundo, de países de ingresos bajos, provocan el 13% de las muertes, mientras que el 40% de los vehículos en el mundo de países de ingresos altos, tan solo provocan el 7 % de las muertes. Los países más castigados son aquellos que en la balanza económica aparecen desfavorecidos. Y es que los vehículos que se venden en el 80% de los países no cumplen las normas básicas de seguridad. En este sentido, queda mucho camino por recorrer desde el Foro Mundial para la Armonización de la Reglamentación sobre Vehículos de las Naciones Unidas, organismo encargado de formular normas internacionales sobre vehículos motorizados.

En otro sentido, el acceso a una atención de emergencia eficaz y oportuna, tras un accidente de tráfico, salva vidas y reduce el riesgo de discapacidad entre los lesionados.  En esta línea, reforzar el número de accesos universales a la asistencia pre hospitalaria de emergencia o la promoción de la formación de los primeros intervinientes no profesionales conllevaría la posible reducción de discapacidades. Un hecho irreversible que complica las posibilidades del accidentado de recuperar su vida normal y que es uno de los objetivos más destacados.

Por último, dentro de los aspectos más analizados en esta V Semana Mundial de Seguridad Vial, se considera a la infraestructura vial como ese gran aliado que debe acercar al objetivo de 0 víctimas.  Conscientes de que el diseño vial afecta de manera directa al objetivo 0 víctimas, en un futuro, todas las vías deberían diseñarse teniendo en cuenta la seguridad de todos los usuarios de las mismas. Desarrollar instalaciones adecuadas para peatones, ciclistas, etc.…es fundamental para que estos usuarios se encuentren más protegidos.

Cada año mueren cerca de 1,3 millones de personas en las carreteras del mundo entero, y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales. Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en todos los grupos etarios, y la primera entre personas de entre 15 y 29 años.

Para reducir esta cantidad de muertes y traumatismos por accidente de tránsito, es necesario adoptar un marco integral que sirva como enfoque de sistemas de seguridad y con el objetivo de garantizar un modelo de transporte seguro para todos los usuarios de las carreteras.

Todavía queda mucho camino por recorrer, pero es evidente que la puesta en común del mayor número de países sobre una de las grandes lacras del siglo XXI, como son los accidentes de tráfico, siempre es muy positiva.

Ahora, a poner en orden los datos y a marcarse objetivos, espero que la EDUCACIÓN VIAL no quede en el olvido.

Con todo afecto y respecto,

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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