El silencio es algo que el
Lexus ES 300h lleva en su ADN al ser concebido como un vehículo de segmento
superior.
Llegar al nivel de silencio
que corresponde a esa categoría supone todo un reto que requirió tres años de
innovación, creatividad y paciencia.
La creación de un ambiente
tranquilo en el nuevo ES 300h implica dejar que los sonidos agradables al oído
fluyan libremente por el vehículo, al tiempo que se hace todo lo posible para
suprimir los sonidos molestos.
El Nuevo Lexus ES 300h está
disponible en España en todos los Centros Autorizados Lexus de Península y
Baleares a partir de 45.000€
Hay algo en el silencio
absoluto que se da en espacios aislados acústicamente del exterior, como un
estudio de radio o de grabación, que puede resultar inquietante e incluso
angustioso, en lugar de inspirar la relajación que se suele asociar al
silencio.
Lo mismo sucede con el
silencio dentro de un vehículo. Aunque mantener un nivel de ruido reducido es
particularmente importante en un modelo premium, donde el conductor espera
poder disfrutar de la música o de una conversación sin problemas, ese silencio
no debe confundirse con una ausencia absoluta de sonido. De hecho, la creación
de un ambiente tranquilo implica dejar que los sonidos agradables al oído
fluyan libremente por el vehículo, al tiempo que se hace todo lo posible para
suprimir los sonidos molestos. Este tipo de entorno sonoro es esencial en el
diseño interior de un vehículo.
“El nuevo Lexus ES 300h se
distingue por ofrecer un nivel de silencio impresionante”, explica Hirotaka
Tsuru, responsable del diseño del control de ruido y vibraciones y del control
de sonido del nuevo ES 300h. “Como es natural, nos pareció que un habitáculo
silencioso era la característica más importante al desarrollar el nuevo modelo.
El Lexus LS 500h, así como sus competidores del segmento superior, nos
sirvieron de referencia para este proyecto.
“El silencio no es una
cualidad que se pueda mejorar con solo bloquear más el ruido. Por ejemplo,
desarrollamos un modelo de prueba en el que suprimimos, en gran medida, las
bandas de frecuencia en torno a 1 kHz, que son las que captan nuestros oídos con
mayor facilidad. Sin embargo, al hacerlo, aumentaba la densidad del aire dentro
del vehículo, lo que provocaba pitidos en los oídos e incluso náuseas; nada más
lejos de la relajación”.
ELIMINACIÓN DE FUENTES DE
SONIDO, AISLAMIENTO ACÚSTICO Y ABSORCIÓN DEL RUIDO
Tsuru, claro está, pecaba de
exceso de prudencia. Su trabajo, al fin y al cabo, consistía en suprimir los
ruidos de la conducción que pudieran resultar molestos al conductor y los
pasajeros. “La conducción silenciosa forma parte del ADN del ES 300h”, afirma
Tsuru. Para garantizar que el nuevo ES 300h recogía esa cualidad como
correspondía, Tsuru dividió su labor en tres fases.
En primer lugar, se centró en
eliminar las fuentes de ruido. Durante las primeras fases de desarrollo del
control de ruido y vibración, Tsuru incorporó pruebas en el túnel aerodinámico
—más habituales en el desarrollo de la resistencia al aire— para identificar
todas las fuentes de ruido causado por el viento. Así, probó el vehículo en
diferentes circunstancias, y tras cada prueba realizó pequeños ajustes en la
posición de los retrovisores, los limpiaparabrisas y otros componentes del
vehículo. Cuando encontraba una nueva fuente de ruido debido al viento, hacía
lo posible por reducir el volumen del caudal de aire, aunque fuera apenas unos
milímetros.
A continuación, Tsuru centró
su atención en el aislamiento acústico, como estrategia para reducir el ruido
que penetraba en el vehículo. En esta fase se eliminaron aberturas por las que
podía entrar ruido, mediante métodos como rellenar las aberturas del suelo y la
tapa interior del maletero, o bien sellarlas con metal laminado. En la tercera
fase, Tsuru se fijó en la absorción del ruido. Aplicó un material absorbente a
la torre de suspensión, los guardabarros, el bastidor y otras zonas.
“Gracias a las pruebas que
realizamos en el túnel aerodinámico, pudimos reducir eficazmente el nivel de
ruido debido al viento en muy poco tiempo”, reconoce Tsuru. “La ventaja de usar
el túnel aerodinámico de Lexus es que ha sido diseñado en el laboratorio para
realizar pruebas con bajos niveles de ruido, lo que significa que podemos medir
cuantitativamente el nivel del ruido debido al viento, al tiempo que
controlamos los niveles de ruido interior y las fuentes de éste.
“Respecto al aislamiento
acústico, desde el momento en que empezamos a desarrollar la nueva plataforma,
ya estábamos estudiando formas de reducir el número de aberturas y nos
planteamos cubrir todo el suelo con material silenciador, que en modelos
anteriores solo se había colocado en partes del suelo. Dicho de otro modo, el
nuevo ES 300h representa nuestro esfuerzo por mejorar las especificaciones de
la base del propio vehículo”.
A base de imaginación,
creatividad y meticulosidad técnica, Tsuru se propuso llevar la base del ES
300h a un nivel superior y, de paso, generar un entorno de silencio confortable
que filtrase hábilmente los sonidos que pudiesen resultar molestos para el conductor.
No obstante, hacer realidad un diseño tan ambicioso no iba a ser fácil.
Factores como las condiciones de la vía –que pueden variar rápidamente durante
la conducción– son difíciles de prever al diseñar un vehículo. Aunque no se
puede estar totalmente preparado para cualquier cambio de los factores
externos, no tener en cuenta sonidos a determinadas frecuencias puede dar lugar
a que sean más perceptibles de lo habitual; o lo que es lo mismo, a un vehículo
incluso más ruidoso.
“Si nos fijamos en otros modos
de transporte, los aviones tienen un nivel de presión acústica de 80
decibelios”, comenta Tsuru. “En los automóviles, esa cifra suele situarse entre
los 60 y los 70 decibelios. En general, a la gente le resultan más molestos al
oído los niveles de presión acústica superiores.
Sin embargo, a pesar de que el
nivel es superior en los aviones, la mayoría de gente no considera que sean
particularmente ruidosos. Cuando vamos en automóvil, en cambio, el entorno por
el que nos desplazamos cambia constantemente. En función de las circunstancias,
la sensación puede ser de más ruido, a pesar de que el nivel de presión
acústica no sea tan elevado.
En la mayor parte de los
casos, las variaciones en el entorno son provocadas por el viento y por cambios
de estado del pavimento. Así pues, también teníamos que incorporar esos
factores en el diseño, para generar un entorno acústico placentero en el que
sonidos de todo tipo –tanto agradables como desagradables– se ajusten con
precisión. Fue un proceso complicado para el que hizo falta mucha paciencia”.
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