sábado, 25 de agosto de 2018

LA BATALLA AMBIENTAL ENTIERRA EL PLAN DE FABRICAR TRES MILLONES DE COCHES EN ESPAÑA


El sector de automóvil descarta alcanzar el objetivo anual


La batalla medioambiental abierta en Europa y el resurgir de las políticas proteccionistas en Estados Unidos y el Reino Unido han obligado al motor a abandonar el objetivo de producir tres millones de coches al año en España. Los fabricantes de automóviles lanzaron en 2012 el Plan 3 Millones para reindustrializar nuestro país y aumentar en un milllón de unidades la producción de vehículos, un objetivo que no solo no se ha cumplido si no del que ya se ha desistido.


"Ya no hablamos del Plan 3 Millones en la industria. No se cumplió el año pasado y no se alcanzará este. Se ha desistido de poner un objetivo númerico de fabricación de coches porque estamos en un momento de incertidumbre y ebullición de normativas y cambios políticos que pueden afectar a los planes de producción de las plantas. Ahora se apuesta por ganar competitividad para atraer nuevos modelos", explican fuentes de la patronal de fabricantes de vehículos Anfac a este diario.

Así, pese a que en 2016 se alcanzó un máximo de producción en España de 2,89 millones de coches, en 2017 el ritmo bajó a los 2,84 millones de vehículos ante la caída de la demanda en el Reino Unido por el efecto Brexit y los cambios normativos. Una tendencia que se ha agravado en 2018, año en el que ya se ha descartado que se vaya a alcanzar dicho objetivo.
El motor augura cierres temporales de plantas por la campaña antidiésel
El motor augura cierres temporales de plantas por la campaña antidiésel

Y es que la guerra contra el diésel y el surgimiento de cientos de normativas tanto a nivel europeo como local que tratan de limitar la circulación y rebajar las emisiones de particulas contaminantes han afectado de lleno a la demanda, que en el primer trimestre del año se ralentizó. En los últimos meses se ha vivido un impulso de la fabricación de vehículos y de las matriculaciones porque las plantas han acelerado la producción para sacar todos los coches posibles antes de que entrara en vigor en septiembre el nuevo protocolo europeo de control de emisiones que, entre otras cosas, implica un alza de los impuestos y unas homologaciones más estrictas y complicadas, que ya están generando problemas de abastecimiento de motores.

Por ejemplo, Renault retrasó las vacaciones de la plantilla de sus plantas de Valladolid y Palencia del 20 de julio al 13 de agosto para cubrir un pico de demanda. No en vano, las principales patronales del sector advirtieron que habría un repunte de las matriculaciones en verano que aminoraría en septiembre ya que los concesionarios optaron por automatricular vehículos aprovechando que el sistema de medición de emisiones NEDC, con el que tres de cada cuatro coches quedan exentos de impuestos, sigue vigente. Así, solo en julio las matriculaciones se dispararon un 20% peses a que la demanda del diésel entre particulares se volvió a hundir.

Así, fuentes del sector alertan de que el "ataque injustificable al diésel" y los constantes cambios normativos hacen peligrar la competitividad de la industria en España y en Europa ya que no es tan fácil que las plantas se adapten a las reglas del juego en poco tiempo. Desde el grupo PSA -el mayor productor de coches en España tras la compra de Opel- explican que "no se pueden hacer cambios bruscos porque afectan a la producción y al empleo en las fábricas. Hay cambios en la demanda en detrimento del diésel y nos estamos adaptando, pero si se hace de forma brusca habrá problemas", señalan fuentes de la compañía en España.

"Es imposible cumplir todos los reglamentos de un año para otro puesto que tenemos periodos de desarrollo de los vehículos o los nuevos motores de cinco o seis años"

Una postura con la que coinciden desde la filial de Mercedes Benz, que tiene una planta en Vitoria donde emplea a 4.500 personas y en 2017 produjo 148.000 vehículos (explota otra de chasis en Cantabria). "Los cambios en las normativas influyen en los ritmos de fabricación. Es imposible cumplir todos los reglamentos de un año para otro puesto que tenemos periodos de desarrollo de los vehículos o los nuevos motores de cinco o seis años. A día de hoy tenemos tres niveles de reglamentación: europea, nacional y local. Los distintos gobiernos no se ponen de acuerdo y legislan a golpe de popularidad para solucionar el problema de hoy y hay que tener una visión estructural a largo plazo para no dañar a la industria", según explicó Roland Schell, presidente de Mercedes Benz España, en una entrevista con este diario.

En los últimos meses, el Gobierno de Pedro Sánchez ha asestado un fuerte golpe al diésel en España con el anuncio de que la tecnología "está muerta" y del alza de los impuestos para elevar su precio al de la gasolina. A su vez, se ha anunciado que se limitará el acceso de los vehículos al centro de las ciudades y se quiere primar la compra de los eléctricos con ayudas a través del lanzamiento del plan VEA. Este ataque al diésel está provocando una gasolinización del parque de cara al futuro que puede aumentar las emisiones de CO2 y que, según explican desde el sector, "no es justa" puesto que los nuevos motores diésel, en los que se han invertido cientos de millones, "son muy eficientes y poco contaminantes", sentencian.

"No se pueden vender coches eléctricos si no hay puestos de recargas en las ciudades. Forzar cambios rápidos desde los gobiernos a golpe de ayudas o de prohibiciones van en contra del sector. PSA tiene previsto producir tres modelos eléctricos en España pero, por ejemplo, para adaptar la planta de Madrid necesitamos tres o cuatro años e inversiones muy fuertes", explican fuentes del fabricante francés. Así, la dueña de Opel que tiene plantas en Figueruelas, Villaverde y Vigo, quiere que todos los vehículos que produce tengan una versión eléctrica o híbrida, pero eso no será posible hasta 2025.

Por su parte, desde Seat, que tiene la mayor planta de vehículos de España con casi 12.000 trabajadores, también está notando en su demanda el ataque al diésel, lo que está afectando a sus planes de producción que se tienen que "ajustar" a las nuevas tendencias de demanda. Otra marca que ha reducido su producción en España este año es la japonesa Nissan, cuya fábrica de Barcelona -la mayor de las tres que tienen en España- ha dejado de fabricar el modelo Pulsar, que ha concentrado la producción en los últimos años.

Aún así, en España se fabrican más de 40 modelos de vehículos. 20 de ellos en exclusiva para todo el mundo. Nuestro país sigue siendo el octavo mayor fabricante mundial, un lugar que podría arrebatarle Brasil, que el pasado año disparó su producción un 25%.

Fuente:ElEconomista.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Solo comentarios relacionados con la información de la página.