Interacción inteligente
persona-máquina en Volkswagen
En el Smart Production Lab del
Grupo Volkswagen, el futuro ya ha comenzado
Expertos cooperan con el Centro de
Investigación Alemán de Inteligencia Artificial
Planta de Volkswagen en Wolfsburg,
pabellón 55, Laboratorio de Producción Inteligente. Luces de neón, paredes
blancas, suelo brillante. Ninguna distracción del foco de atención centrado en
la revolución técnica. En medio de la sala, Wolfgang Hackenberg y Johannes
Teiwes están probando el robot. El área de trabajo mide 2 x 3 metros. Dos
brazos de robot cogen e instalan ejes de transmisión y anillos de embrague, lo
que es un juego de niños para muchos robots industriales y nada fuera de lo
común en la industria automovilística, siempre que los robots trabajen detrás
de una barrera de seguridad. No obstante, aquí se están desarrollando procesos
innovadores. Por primera vez, humanos y robots están trabajando codo con codo,
algo que solo es posible porque el robot muestra consideración y detecta qué es
lo que las personas quieren que haga. Hackenberg y su equipo, junto con
expertos del Centro de Investigación alemán de Inteligencia Artificial (DFKI),
han transmitido este aprendizaje al robot.
Hackenberg se acerca al robot.
Inmediatamente, la máquina se ralentiza, aparta sus brazos y queda a la espera
para poder seguir trabajando. "El robot detecta mi aproximación y me tiene
en cuenta", explica Hackenberg. "Es el requisito fundamental para la
interacción persona-máquina". Es una condición esencial para una forma
completamente nueva de cooperación entre humanos y robots.
Hackenberg, de 36 años, posee un
doctorado en ingeniería. Dirige el Smart Production Lab de la planta de
Volkswagen en Wolfsburg, una de las cinco incubadoras de desarrollo de
tecnologías de la información del Grupo. Los otros centros se encuentran en
Berlín, Múnich y San Francisco. En estos laboratorios, los expertos trabajan en
el futuro digital del Grupo Volkswagen en un ambiente propio de start-up. Junto
con institutos de investigación y socios tecnológicos, están creando nuevas
soluciones en los campos de la industria 4.0, big data, nuevas soluciones de
movilidad, realidad virtual, internet de las cosas y conectividad.
En el Smart Production Lab de
Wolfsburg, el foco principal se encuentra en la industria inteligente. En la
fábrica digitalizada del futuro, maquinaria, equipamiento, robots, bienes y
productos estarán interconectados. Las personas y los robots ya no trabajarán
por separado ni a destiempo, sino a la vez y en cooperación.
"Hasta ahora, ha sido
necesario asegurar una separación física en los procesos y las áreas de trabajo
de personas y robots", explica Hackenberg. "Pero esto no es una
colaboración auténtica". Las cosas son distintas en el Smart Production
Lab. "Hemos integrado un robot exclusivo con sensores utilizando un
software con el que trabajadores y robots pueden ocupar el mismo espacio de
trabajo sin ningún tipo de daño, y hasta pueden interactuar. Por primera vez,
hemos sido capaces de conseguir cooperación directa entre personas y
robots".
En el desarrollo de este sistema,
los expertos del Smart Production Lab de Volkswagen trabajaron conjuntamente
con científicos del Centro de Innovación Robótica del Centro de Investigación
Alemán de Inteligencia Artificial (DFKI) de Bremen. El DFKI es uno de los
institutos de investigación de inteligencia artificial pioneros a nivel
mundial. Expertos de Volkswagen y del centro ya han estado colaborando
intensamente durante varios años en distintas áreas. Recientemente, Volkswagen
también adquirió una participación del prestigioso centro de investigación.
Como resultado, Volkswagen se beneficia de conocimientos clave de esta
institución de alto nivel, impulsando así la digitalización de sus plantas,
entre muchos otros aspectos. Uno de los primeros frutos de esta cooperación es
la posibilidad de utilizar software que permite trabajar conjuntamente a
humanos y robots por primera vez, y que puede ser aplicado a robots
industriales y áreas de trabajo completamente distintos.
El secreto del robot inteligente no
está en sus brazos o agarres, sino más bien debajo del área de trabajo, donde
Hackenberg y su equipo han instalado la unidad informática. Aquí, el sistema
ROCK procesa ondas y gestos, calcula todas las secuencias de movimiento humano
que graban los sensores alrededor del área de trabajo del robot y evalúa los
resultados.
Una señal de Hackenberg es
suficiente para detener el robot. Otra señal, y la máquina continúa trabajando
o bien entrega componentes o herramientas. Tan pronto como Hackenberg se acerca
al área de trabajo del robot, sin necesidad de hacer ningún gesto, la máquina
automáticamente reduce su velocidad y maniobra para evitar cualquier posible
percance.
Pero, ¿cuál es el objetivo de esta
evolución? La "fábrica 4.0" no estará vacía de personas. Los
trabajadores humanos seguirán siendo necesarios. "Queremos robots para
asumir tareas físicamente exigentes o ergonómicamente complicadas", afirma
Hackenberg. El objetivo es desarrollar una fábrica del futuro donde las
personas lleven a cabo tareas complejas que requieran altos niveles de
conocimiento especializado, creatividad y capacidad para solucionar problemas.
Las personas se concentrarán en valor añadido, preparación personal y calidad
en la gestión. En cambio, los robots con sensores integrados y nuevos conceptos
de seguridad asumirán responsabilidades en trabajos ergonómicamente difíciles y
físicamente extenuantes.
En el Smart Production Lab, el
futuro ya ha empezado.
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