Las pautas en las que se basa el famoso modelo
nórdico, en el que participan los sectores público, privado y académico,
ayudarán a introducir rápidamente las tecnologías de conducción autónoma en
todo el mundo. Esta es la tesis que ha sostenido Håkan Samuelsson, presidente y
consejero delegado de Volvo Cars, en el seminario sobre conducción autónoma que
se celebró en Suecia durante el pasado mes de Marzo.
«La conducción autónoma tiene el potencial de
revolucionar la seguridad del automóvil. Es una tecnología que salva vidas.
También mejora el tráfico, la calidad del aire y ahorra tiempo a las personas.
Por eso debería introducirse cuanto antes y la mejor forma de conseguirlo es
trabajando todos juntos», según Samuelsson.
Samuelsson expuso sus impresiones el pasado 10 de
marzo en el parlamento sueco, en Estocolmo, en un seminario de alto nivel
titulado «A Future with Self Driving Cars – Threat or Opportunity?» (Un futuro
con vehículos de conducción autónoma: ¿amenaza u oportunidad?), que contó con
la participación de Volvo Cars, Autoliv (un proveedor de sistemas de seguridad
para automóviles), Chalmers (la universidad de tecnología de ingeniería más
importante del país), los principales comentaristas sobre conducción autónoma y
un grupo de destacados políticos suecos.
Håkan Samuelsson apoyará las iniciativas que surjan
por parte de las autoridades reguladoras y los fabricantes de automóviles de
Europa y EE. UU. para el desarrollo de vehículos e infraestructuras de conducción
autónoma pero, sobre todo, animará a las partes implicadas a trabajar de manera
más constructiva para evitar «parches» en la normativa, no duplicar tecnologías
y en resumen, para evitar gastos innecesarios.
«La conducción
autónoma no solo está relacionada con la tecnología del automóvil. Su
implantación exige carreteras, normas y leyes adecuadas. También tenemos que
asegurarnos de que estas tecnologías estén armonizadas todo lo posible para
evitar costes de desarrollo innecesarios. Tenemos que lograr que un vehículo de
conducción autónoma sea tan seguro y tan legal en EE. UU. como en Europa o
Asia», declaró Samuelsson.
Tanto en Europa como en EE. UU. se han realizado
grandes avances para promover el desarrollo de las tecnologías necesarias para
la conducción autónoma. Pero lo cierto es que la UE se encuentra paralizada por
las responsabilidades individuales de sus 28 miembros y la situación en Estados
Unidos no es muy diferente, ya que los 50 estados tienen la potestad de
introducir sus propias normas sobre conducción autónoma.
Suecia cuenta con una larga tradición de fructíferas
relaciones entre el sector público y privado, lo que ha mejorado la
productividad, ha evitado disputas industriales y ha permitido establecer —de
manera rápida y efectiva— normas, reglas e infraestructuras que respalden las
nuevas tecnologías. Este sistema es lo que se conoce como «el modelo nórdico».
«Para nosotros, lo natural es trabajar en
colaboración», explicó Samuelsson. «Nuestro punto de partida es que tanto el
sector público como el privado deben beneficiarse de las nuevas tecnologías y
las nuevas industrias, y que siempre es mejor tender puentes y trabajar juntos
que ir cada uno por su lado».
Actualmente Volvo Cars está colaborando con socios del
sector público y privado en el proyecto público de tecnología de conducción
autónoma más avanzado del mundo, llamado «Drive Me», en el que participan cien
familias suecas de Gotemburgo que circulan en vehículos de conducción autónoma
por carreteras reales.
Volvo está trabajando en este proyecto junto con
Autoliv, Chalmers, el Gobierno nacional sueco y el Gobierno local de
Gotemburgo.
«Desde el primer momento sabíamos que no podríamos
hacerlo solos», comentó Samuelsson. «Necesitábamos la colaboración de otros
socios. Nuestros motivos son sencillos: es una tecnología que puede salvar
vidas, limpiar el aire, descongestionar el tráfico de las ciudades y ahorrar
tiempo a las personas. ¿Quién no querría ponerla en marcha cuanto antes?»
Volvo ha tomado el liderazgo en todo lo relacionado
con la regulación de la conducción autónoma. El pasado año, en EE. UU.,
Samuelsson declaró que Volvo asumiría toda la responsabilidad por cualquiera de
sus vehículos que circule en modo autónomo, lo que la convierte en la primera
empresa automovilística del mundo que hace semejante promesa.
Volvo considera la conducción autónoma como un
elemento clave en el camino hacia su «Visión 2020» según la cual, para el año
2020, nadie resultará muerto ni herido de gravedad en un Volvo de nueva
generación.
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