- Proporciona al día a día de los clientes un coche con las prestaciones de un deportivo de gama alta
- Los CUPRA han conseguido grandes éxitos en su historia, especialmente dos récords en Nürburgring, donde marcaron un tiempo inferior a los 8 minutos
“Es un coche que te permite alcanzar un sueño. Te
dices a ti mismo: tengo un CUPRA”. Son palabras de Jaime Puig, director de SEAT
Sport, que al hacer balance de los primeros 20 años de vida de la gama no duda
en afirmar que “hemos hecho realidad una ilusión”, un coche con “las mejores
prestaciones y que a su vez te sirva para el día a día”.
El último gran ejemplo de ello es de este mismo año,
el León de 290 CV, que con un solo botón permite elegir el perfil de
conducción: CUPRA, Sport, Confort e Individual. Una tecnología que “en la época
del primer modelo sólo era imaginable en los videojuegos más avanzados”,
asevera Isidre López, responsable de Coches Históricos de SEAT. Para él, la
clave del éxito del CUPRA radica en la sabia combinación de “tecnología y
pasión de nuestros ingenieros y pilotos”.
La gama nació en 1996, cuando el Ibiza Kit Car se
adjudicó el Campeonato del Mundo de Rallyes en la categoría 2 Litros. “Fue como
hacer un homenaje al coche campeón”, explica Isidre López. A lo largo de 20
años, SEAT ha desarrollado 15 versiones. En todas ellas encontramos las mismas
características: “un coche de alta gama, de carácter deportivo, muy cuidado por
dentro, un coche para disfrutarlo al máximo”, asegura Jaime Puig. “Hemos
conseguido un coche que te hace sonreir”, concluye Isidre López.
A lo largo de estos 20 años de historia, la gama Cupra
ha logrado excelentes resultados. Sobresalen los alcanzados en el circuito
alemán de Nürburgring. En octubre de 2014, el León Cupra Performance Pack batió
el récord de un coche de producción con tracción delantera con un tiempo de 7 minutos,
58 segundos y 44 décimas. Y en mayo de 2015, el León Cupra ST consiguió hacerse
con el tiempo más rápido bajando también de los 8 minutos. Con resultados así,
no es de extrañar que, según confiesa Jaime Puig, “en ocasiones hemos esperado
a tener primero el CUPRA y luego el coche de competición, y no a la inversa”.
El primer CUPRA iba dirigido a un público ansioso por
disponer de un coche de máximas prestaciones, que respondiera con potencia y
agarre deportivo en todas las situaciones. A lo largo de dos décadas, esta
concepción original ha ido evolucionando y mejorando. Por todo ello, el futuro
está más que asegurado “y muy probablemente lleno de sorpresas”, que seguirán
“provocando esa sonrisa de felicidad al volante en los rostros de nuestro público”,
concluye Isidre López.
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