sábado, 19 de diciembre de 2015

LA ROTONDA

Políticamente correcto

El amor por conducir, por viajar con la familia, por devorar kilómetros y kilómetros de carretera. El deleite profesional de algunos que desde muy pequeños soñaban con ponerse delante de un volante, camioneros, taxistas, conductores, en definitiva que han hecho de su vocación una profesión.

Hoy día de REFLEXIÓN, quiero dedicarles estas líneas a todos ellos, a aquellos profesionales DE VERDAD, que saben lo que tienen entre manos.

A los que  soñaron con su profesión y llegaron hacer su sueño realidad, y por eso, cumplen a rajatabla con las normas. 

Quien en  la carretera, cuando todavía las autovías, eran una utopía en España, se encontraban en la vía, con un camión, y éste te hacia más fácil y seguro la conducción. Te señalaba con el intermitente derecho, cuando podrías adelantarlo con toda seguridad, eran como tus ojos en la cabina del camión. Que seguridad, que profesionalidad, ¡cuántas horas al volante! y que honestidad y honradez, para llevar el salario a su casa.

Hoy mujeres y hombres ocupan esas cabinas más cómodas, más controladas y con más potencias que
las de ayer, pero con el mismo espíritu de hacer bien su trabajo y de colaborar con todo el mundo. Les ocurre también, a los maltrechos taxistas, todo el día al volante, para llevar el jornal a casa, y “cuantas horas de espera, cuantos frenazos, y cuantas situaciones desagradables al cabo del día”.

Son dos profesiones de conductores, la de camioneros y taxistas, muy sacrificadas y ¡cómo no! arriesgadas. Pero ¿cuantas historias por esos caminos urbanos e interurbanos, conocemos?

Si cualquiera de ell@s nos contarán podríamos hacer una enciclopedia completa, de la cantidad de vicisitudes que nos podrías contar estos profesionales,  y a la de riesgos que están expuestos diariamente.


Quiero, a todos ellos, y a todos los que se ponen al frente de un volante cada día, en un autobús urbano, o de línea discrecional, bomberos, policías, ambulancias,  profesores de autoescuelas, etc. a todos homenajearlos en este día de reflexión electoral, y de todos aquellos que hacen que el motor de nuestra sociedad, no se detenga con su esfuerzo y dedicación. Gracias, os observo cada día con admiración  queridas  y queridos conductores.

Una ovación para vosotros.

Sois grandes y hacéis grande a esta sociedad.

Un abrazo y felices fiestas, allá donde estéis.

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