sábado, 12 de diciembre de 2015

EL MATERIAL MÁS CARO DEL MUNDO PODRÍA CREAR EL COCHE AUTÓNOMO PERFECTO




Científicos de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, están creando en un laboratorio el material más caro de la Tierra. Se trata del endohedral fullerenes, una especie de jaula de átomos de carbono que contienen átomos de nitrógeno. Un gramo de este material de alta tecnología cuesta 100 millones libras (138 millones de euros). Sus creadores aseguran que podría revolucionar la industria de los móviles y de los coches autónomos.

La compañía encargada de fabricar estas diminutas y carísimas estructuras es Designer Carbon Materials, una empresa que nació el año pasado en el seno de la Universidad de Oxford. Se dedica al desarrollo de nanomateriales avanzados, que tienen numerosas aplicaciones, entre ellas, la captación de energía, los biosensores y la nanoelectrónica cuántica.

Este valioso material está siendo utilizado en relojes atómicos para hacer que los dispositivos de cronometraje sean más precisos que nunca. Cuando estos átomos de carbono y nitrógeno se integran en un GPS, son capaces de detectar la posición del dispositivo con una precisión de un milímetro. La precisión del estándar actual es de uno a cinco metros.

Esta diferencia puede que sea prácticamente imperceptible a la hora de desplazarse por las carreteras de una ciudad a través de Google Maps, pero es de vital importancia en la tecnología empleada en los coches autónomos sin conductor, donde la diferencia entre metros y milímetros es sumamente crucial para evitar colisiones.

"Imagina un reloj atómico en miniatura que se pueda llevar en un teléfono inteligente. Estamos ante la próxima revolución de los móviles", ha dicho, en declaraciones a TheTelegraph, el fundador de la empresa Designer Carbon Materials, el doctor Kyriakos Porfyrakis, que lleva trabajando en la producción de este material desde el 2001.

La mayoría de los relojes atómicos actuales son enormes, mientras que, utilizando la tecnología de fullereno endeohedral, podrían ver reducido su tamaño al de un microchip, con cabida en cualquier smartphone.

La industria de los teléfonos móviles o de los coches autónomos son solo dos áreas que se podrían beneficiar de este tipo de alta tecnología, pero sus creadores aseguran que la gama de aplicaciones "es muy amplia".


El principal escollo con el que cuenta de partida es su elevado precio. Quizás sea también por eso que no ha sido hasta hace poco cuando la compañía ha realizado su primera venta de este material. Vendió únicamente 200 microgramos. Su precio ascendió hasta las 22.000 libras (30.500 euros). Aquí hasta se queda corto el dicho de "vale su peso en oro".

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