lunes, 5 de octubre de 2015

SEAT SE JUEGA EL FUTURO DE LOS CUATRO PRÓXIMOS MODELOS QUE PREVÉ LANZAR




El escándalo de los motores trucados de Volkswagen tendrá consecuencias a corto y a medio plazo en su filial española Seat. A corto, el mayor riesgo al que se enfrenta la compañía española es a que no se puedan invertir entre 2015 y 2019 los 3.300 millones de euros anunciados durante la visita a Martorell (Barcelona) que protagonizó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a principios de septiembre. Ese dinero debería destinarse a la ampliación y renovación de la gama de automóviles de Seat, un paso esencial en la estrategia de la compañía para intentar consolidar la rentabilidad de la marca.

Con esos 3.300 millones y en un plazo de tiempo de dos años, Seat prevé lanzar dos nuevos todoterreno urbano (SUV) y renovar el modelo Ibiza, el superventas de la empresa, que durante años ha sido el puntal de su cuenta de resultados. Junto a esos tres nuevo modelos, la compañía también prepara otro vehículo que podría ser un derivado del propio Ibiza (tipo familiar) o el sustituto del actual Mii (un coche pequeño que ahora comparten las marcas Volkswagen, Skoda y Seat con ligeros retoques estéticos).

Si bien es cierto que el actual presidente de Seat, Jürgen Stackmann, aseguró públicamente que el escándalo de los motores diésel manipulados no afectará a los planes de la filial española, no es menos cierto que él solo permanecerá al frente de la compañía hasta el próximo 1 de noviembre. VW lo ha repatriado a la sede central de Wolfs-burg para nombrarlo vicepresidente de ventas, marketing y posventa de la marca Volkswagen, un cargo clave para afrontar la actual crisis.

El sustituto de Stackmann será el italiano Luca de Meo, actualmente responsable de ventas y marketing de Audi y miembro del consejo de administración desde 2012. Históricamente, a Seat siempre le ha ido mejor con un presidente de origen alemán, ya que los de las otras nacionalidades no tienen tanto predicamento en Wolfsburg.

También hay que tener en cuenta que los 3.300 millones de inversión "no caen del cielo", como recordaba Stackmann, sino que es la propia Seat la que debe financiarlos a través de la rentabilidad que genere su cuenta de resultados.

Ese es el otro gran temor que tienen los sindicatos de la compañía española . El presidente del comité de empresa, Matías Carnero, ya ha denunciado que, además de las inversiones, el gran riesgo que corre Seat es que una caída de ventas afecte a la cuenta de resultados y a la rentabilidad. Durante los primeros seis meses de este año, la compañía había alcanzado por primera vez beneficios de explotación, algo que no sucedía desde 2008. Además, una caída de ventas supondría un recorte de producción y una inmediata reducción de plantilla en Martorell, lo que crea incertidumbre entre los empleados.

Carnero también teme por un fuerte retroceso en el proceso de mejora de la imagen de marca que se ha llevado a cabo durante los últimos años. Esa mejora ha estado ligada a un buen diseño de los coches, pero, sin duda, también lo ha estado a la fiabilidad de los motores diésel de Vokswagen. Los propulsores 1.6 y 2.0 TDI (los famosos EA189) han sido los más solicitados por la clientela de la marca en España, ya que aunaban el ahorro de las motorizaciones diésel con una potencia incluso superior a los propulsores de gasolina, eso sí, sacrificando el medioambiente y multiplicando por 40 las emisiones de partículas NOx autorizadas.

700.000 motores 'trucados'
Seat vendió en todo el mundo un total de 700.000 coches equipados con el motor diésel EA189 Euro 5 trucado para maquillar las emisiones contaminantes. De esta cifra, 221.783 se vendieron en España, es decir, un 32% del total. Teniendo en cuenta que de media Seat exporta un 82% de los coches que produce en Martorell, el arraigo del TDI entre los clientes españoles es muy elevado.

En cuanto a los modelos afectados, casi toda la gama está afectada. Exceptuando el pequeño Mii, todos los Seat están equipados con versiones TDI: Ibiza, León, Toledo, Alhambra, Exeo, Altea y Altea XL. Estos tres últimos ya no se producen. De igual forma, el Audi Q3, que se fabrica en Martorell, también está afectado.

En cuanto a las posibles consecuencias legales, Seat no ha imitado a Audi, otra empresa del grupo, cuyos directivos decidieron presentar una querella contra VW por supuestos delitos contra el derecho penal alemán cometidos por su matriz. La diferencia es que Audi es una empresa en la que participan más accionistas, mientras que Seat es una filial al cien por cien de Volkswagen.


Sin embargo, el comité de empresa de Seat estudiará personarse en la causa penal por la manipulación de motores. "Nos sentimos un poco engañados como trabajadores y como marca", afirmó Carnero.

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