TT Coupé 2.0 TFSI quattro S tronic, que esconde bajo el capó el conocido
motor 2 litros turbo de 230 CV, presente en infinidad de modelos del grupo,
empezando por el mismísimo VW Golf GTI. Este propulsor va acompañado de la
tracción integral y del cambio automático de doble embrague, que ya veremos más
adelante hasta qué punto plantean o no una ventaja.
Novedoso por dentro
Lo primero es lo primero. Toca presentarse. Aunque ya
lleva algunos meses en el mercado, conviene recordar que este TT es el más
reciente de la saga. Un coche que por fuera ha cambiado más bien poco (apenas
los faros y pilotos, y algún que otro detalle sutil), pero que ha dado un salto
de diseño interior espectacular. El salpicadero totalmente despejado, las
salidas de aire con forma de turbina, la ausencia de pantalla en la zona de la
consola, el tablero de instrumentos digital Audi Virtual Cockpit... Todo es
nuevo, más fácil de usar y más agradable a la vista. De alguna manera, el toque
conservador de sus líneas exteriores queda compensado por un habitáculo muy
creativo y con un inconfundible aroma premium.
Y no dejamos el interior para hablar de un tema que a
muchos les sorprenderá. Contra todo pronóstico, el TT es un coche
"práctico". Con matices y entre comillas, pero práctico. Nos
explicamos. Evidentemente, nadie puede esperar que un coupé que apenas llega a
los 4,2 metros de longitud y 1,8 de anchura sea capaz de ofrecer espacio a
raudales, pero si partimos de esta premisa, nos encontraremos con varios
detalles que pueden alegrar la vida en el día a día a más de uno: para empezar,
entrar en este Audi no es ninguna tortura, como sí sucede en otros modelos
similares, y una vez sentado en las plazas delanteras, no hay sensación de
agobio alguna; por otra parte, no es biplaza sino 2+2, lo que quiere decir que
hay dos asientos traseros que bien pueden servir para llevar a niños o incluso
a adultos de forma ocasional, o para transportar equipaje cuando sea necesario;
por último y quizá lo más importante, tiene un maletero de 305 litros (casi la
capacidad de un compacto), que, unido al portón trasero con amplia boca de
carga y a los asientos abatibles, permite llevar bastante más de lo que pudiera
parecer. Por poner un ejemplo, es posible hacer una visita a la conocida tienda
de muebles suecos y traer de vuelta a casa una caja estrecha de 1,80 metros de
largo junto a otros tantos paquetes de cierto volumen, sin problema alguno. Y
esto es algo con lo que la mayoría de rivales del TT ni sueña.
¿Hasta qué punto es necesaria la tracción quattro y el
cambio S tronic?
Como decíamos unas líneas más arriba, el TT 2.0 TFSI
230 es el punto de partida entre los gasolina, ya que es la versión menos
potente (hasta que un nuevo propulsor con menos caballos diga lo contrario, que
lo hará, igual que lo hizo con la generación anterior el TFSI 180). La pregunta
inevitable: ¿es suficiente este motor para el TT? La respuesta es que sí. De
hecho, incluso el TDI de 184 CV lo es. Con cualquiera de las motorizaciones de
la gama este coupé es divertido, pero si nos centramos en el motor que nos
ocupa, tenemos que decir que es elástico, prestacional y muy agradable en todo
el rango de revoluciones. Más que suficiente para quemas adrenalina cuando
toque y, a la vez, relativamente eficiente cuando se circula de forma relajada.
Por lo tanto, no vemos motivo para elegir la versión TTS (en este momento el
tope de gama) a no ser que la prioridad absoluta sea una capacidad de
aceleración más explosiva.
La versión probada incorpora, también, la tracción
integral quattro y la transmisión S tronic de 6 velocidades, que aportan un
plus de seguridad, agarre y comodidad. No diremos que esta combinación no es
adecuada, que lo puede ser para muchos usuarios, pero lo que sí tenemos claro
es que el TFSI 230 con cambio manual y tracción delantera ya es una apuesta más
que ganadora. Y lo es porque el eje anterior digiere la potencia sin problema,
porque la transmisión manual de 6 velocidades se lleva muy bien con la
conducción deportiva y porque el coche no sólo gasta y pesa menos (hasta medio
litro/100 km y 105 kilos) sino que ahorra casi 6.000 euros en la factura final.
Ahí quedan los datos.
Ojo con la configuración más radical
Por cierto, ya que hablamos de cosas que podrían ser
eliminables y a riesgo de que los más puristas de la deportividad se echen las
manos a la cabeza, tenemos que decir que el chasis deportivo opcional S Line y
las llantas de 19 pulgadas con neumáticos de perfil bajo se llevan realmente
mal con la conducción diaria. Hacía tiempo que no nos encontrábamos con una
amortiguación tan seca e incapaz de digerir como es debido las irregularidades
del terreno. Hay que tener en cuenta que no todos los escenarios por los que
nos movemos a diario son circuitos o carreteras perfectamente asfaltadas, por o
que un buen compromiso entre confort y deportividad es fundamental. ¿Solución?
Quien quiera tener un TT más utilizable sólo debe renunciar a uno de esos dos
elementos (o a los dos). No hay problema alguno, el coche sigue siendo
igualmente divertido e incluso nos atreveríamos a decir que mejora la experiencia
de conducción para la mayoría de usuarios.
Dicho esto, nos despedimos del TT con buen sabor de
boca tras una intensa prueba que nos ha llevado por todo tipo de carreteras, en
las que hemos disfrutado como enanos a sus mandos. No es un coche perfecto,
entre otras cosas porque es pequeño y bastante costoso, pero dentro de la liga
de coupés premium en la que juega, lo hace realmente bien.
Lo mejorable
- precio
- confort
- diseño
conservador
Lo destacable
- facilidad de conducción
- practicidad dentro de sus posibilidades
- diversión ilimitada
Ficha técnica
Motor: gasolina, 4 cilindros, 1.984 cc
Potencia: 230 CV a 4.500-6.200 rpm
Par motor: 370 Nm a 1.600-4.300 rpm
Consumo mixto oficial: 6,4 l/100 km
Transmisión: automática, 6 velocidades
Dimensiones: 4,177 m / 1,832 m / 1,353 m
Maletero: 305/1.410 litros
Velocidad máxima: 250 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 5,3 segundos
Precio: 46.840 euros
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