Adoptar una serie de sanos hábitos al volante evitarán
riesgos al volante y mejorarán el estado de ánimo
Llegó la hora de volver a la rutina. Hay que cerrar la
sombrilla, recoger las toallas, hacer las maletas y regresar a casa. Las
vacaciones acaban estos días para la mayoría de los españoles y llega el
momento de hablar, como cada final del verano, del famoso síndrome
postvacacional, conocido como el periodo de adaptación fracasado entre un
tiempo de vacaciones y ocio y la vuelta a la vida activa. Entre sus síntomas destacan
el cansancio generalizado, fatiga, dolores musculares o falta de sueño, apetito
o concentración. Estas sensaciones son un cóctel peligroso al volante, por eso,
la plataforma internacional AutoScout24 ofrece el antídoto para que este mal no
afecte a la conducción.
Música para cargar las pilas… y no dormirte
La falta de sueño por las noches es uno de los
principales síntomas de este síndrome, pues en vacaciones modificamos nuestros
horarios, con lo que nos cuesta volver a acostarnos pronto para madrugar por la
mañana. Esto conlleva a la fatiga, pues el cuerpo no descansa las horas que
necesita, y por las mañanas nos encontramos peor que cuando nos acostamos.
Evidentemente, esto puede pasarnos factura a la hora de conducir y es un riesgo
que podemos evitar de forma sencilla.
En primer lugar, es recomendable darse una ducha antes
de salir de casa y coger el coche para estar mucho más despejado para conducir
y afrontar el resto del día. Pero si esto no es suficiente, se puede dar
directamente al play. La música en el coche suele aportar una dosis de energía
positiva para casi todos los conductores, así que escoger canciones pegadizas y
que aporten energía, elevar el volumen hasta el nivel adecuado –no tan alto
como para despistar- y tararear las canciones preferidas al volante. Seguro que
el trayecto al trabajo inyecta la energía necesaria para afrontar la jornada.
Una postura correcta al volante
Los dolores musculares son otros de los síntomas que
pueden derivar del síndrome postvacacional y que pueden acabar afectando a
nuestra conducción, por ello, en estos días es más imprescindible todavía
adoptar una postura cómoda en el coche, tal como recuerda la consultora
AutoScout24.
En primer lugar, hay que ajustar correctamente el
asiento. Ni muy cerca ni muy lejos. Lo importante es que los pies reposen sobre
los pedales y que la distancia permita extender las piernas, para evitar que se
contraigan y se carguen. Por otro lado, los brazos deben reposar también sobre
el volante y no estar ni bloqueados ni flexionados, para evitar que la espalda
se eche hacia delante. Lo principal es mantener una postura relajada con las
piernas extendidas y el abdomen hacia dentro, sin levantar los hombros para no
tener dolores cervicales.
Agua y el estómago ligero para evitar mareos
Otro de los derivados de este síndrome son los mareos,
fruto de esa mezcla de cansancio y dolores musculares y de cabeza.
Al volante, esa sensación puede intensificarse por los
movimientos, así que, lo más importante, es evitar la conducción brusca y las
velocidades elevadas.
El coche debe estar bien refrigerado, es decir, nada
de calor dentro del vehículo. Hay que bajar las ventanillas y dejar que entre
aire fresco. También es conveniente acompañar los trayectos y viajes de agua.
Además, desde la plataforma europea se aconseja que es conveniente sentarse al
volante con el estómago no muy lleno, pues después de un atracón, es más
probable que haya mareos.
A dieta de café
Otro de los síntomas que pueden achacarse al síndrome
postvacacional es el estrés y la irritabilidad, comportamientos que la
conducción puede agravar, sobre todo en atascos y embotellamientos. Por ello,
es mejor evitar las bebidas excitantes durante estos días. Se debe intentar
sustituir el café por infusiones o té, que ayudan a no quedarse dormido pero
tampoco estresan. En el caso de que el tráfico sea muy lento, conviene
tomárselo con filosofía. Coger aire, respirar hondo, encender la radio o poner
música son opciones para tener un viaje más relajado.
Horarios al milímetro
Las prisas no son buenas. Y menos al volante. Así que
es mejor salir de casa o de la oficina con el tiempo suficiente para llegar a
la hora prevista. Esto evitará sustos si se encuentra un atasco y, a la vez,
evitará que los síntomas postvacacionales se agudicen. Además, es conveniente
elaborar un horario con las actividades
del día, en el que también debe haber un hueco para la dispersión y el ocio, no
sólo para el negocio.
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