.- Entre otros modernos métodos de análisis
se utiliza también la tomografía computerizada y el microscopio electrónico.
– Con el
nuevo Audi A4, la marca de los cuatro aros vuelve a marcar la referencia en su
categoría en cuanto a calidad visual, terminación, ajuste y selección de
materiales. Un liderazgo que se debe una filosofía de trabajo en la que la
calidad y la vanguardia de la técnica son conceptos inseparables. Nuevos
procesos de producción, herramientas inteligentes y el denominado Meisterbock,
que permite optimizar las cotas y los ajustes de todos los componentes visibles
de la carrocería y del interior incluso antes del inicio de la producción, son
las claves de la calidad sin compromisos que alcanza el Audi A4.
Calidad hasta el último detalle, sin
concesiones. Así se trabaja en el departamento de Control de Calidad de Audi,
con sede en la factoría de Ingolstadt, en el que ingenieros y técnicos
participan en el desarrollo de cada nuevo modelo desde la fase más temprana en
lo que supone una continua búsqueda de la perfección como estándar. Desde aquí
se coordinan y supervisan todos los asuntos relacionados con la calidad en cada
factoría de Audi en el mundo, con el objetivo de satisfacer siempre las más
altas exigencias, y asegurarse de que cada componente cumple con sus
especificaciones en el largo plazo y demuestra su valor en el uso diario bajo
muy diferentes condiciones.
La calidad en Audi comienza en el mismo
momento en el que se inicia la fase de desarrollo de cada modelo. En la
producción del nuevo Audi A4, por ejemplo, intervienen más de 12.000 piezas, y
los distintos acabados, motores, transmisiones o equipamientos disponibles
hacen que existan millones de formas de combinarlas. La intervención del
departamento de Control de Calidad, por tanto, resulta clave desde una fase
temprana, y evita tener que realizar modificaciones posteriores.
Las elevadas exigencias que Audi impone
a cada nuevo modelo incluye una gran variedad de ensayos de laboratorio para
validar y homologar nuevos materiales y componentes, los más modernos métodos
de análisis y procesos de producción que se adaptan a las características y las
evoluciones de cada nuevo modelo. Las nuevas tecnologías de unión entre
distintos materiales para el diseño de vehículos cada vez más ligeros, por
ejemplo, requiere de inversiones especiales para asegurar la calidad.
Herramientas inteligentes: precisión de
centésimas de milímetro
Así, el tratamiento y la conformación de
las planchas de aluminio y de acero de distintos espesores y resistencias
requieren de un utillaje específico para garantizar la máxima precisión en los
contornos de cada pieza, que actualmente en Audi alcanza hasta la centésima
parte de un milímetro. Sólo de esta manera es posible garantizar que el nuevo
Audi A4 presente un diseño característico, con bordes nítidos y ajustes
precisos entre los distintos elementos de su carrocería.
Como en cualquier proceso mecánico, la
composición del material o incluso su lubricación durante los procesos de
trabajo –que no siempre puede ser uniforme–, puede originar tensiones no
deseadas que podrían provocar grietas en las piezas, o afectar a su
resistencia. La respuesta a este desafío son las nuevas herramientas
inteligentes utilizadas por Audi, como las que componen el nuevo taller de
prensa, en la que ciertos elementos de la carrocería se estampan en un proceso
especial controlado por cuatro medidores láser que envían los datos a un
ordenador. La presión ejercida puede regularse y repartirse de manera uniforme
mediante cuatro actuadores, cada uno de los cuales es capaz de ejercer hasta 30
toneladas métricas de fuerza mediante la actuación de motores eléctricos.
Otro aspecto destacado es el control de
la calidad de los puntos de soldadura, que se realiza mediante instrumentos
ópticos 3D y de ultrasonidos, especialmente en aquellas áreas en las que se
utilizan aceros de alta resistencia. Y desde finales de 2014, Audi también
utiliza una nueva herramienta: la impresora 3D, que se basa en un proceso
especial de fusión mediante láser para producir componentes metálicos de
geometría compleja, que no serían posibles con los procesos de fabricación
convencionales.
El material utilizado en este proceso es
polvo de metal con un tamaño de grano que va desde las 15 a las 40 milésimas de
milímetro –aproximadamente la mitad del espesor de un cabello humano–, y puede
utilizarse cualquier tipo de metal, no sólo acero, también aluminio y titanio.
La impresora llena el molde con el polvo metálico por capas, y un láser
controlado por ordenador funde el metal para producir la forma del componente
deseado. Se pueden fabricar así piezas de cualquier tipo y con cualquier forma,
siempre que tengan un tamaño que no exceda de los 230 milímetros de longitud y
200 milímetros de altura. Estos componentes realizados mediante impresión 3D
son tan resistentes como los fabricados de forma convencional.
Pero aparte de los métodos empleados
durante la fabricación, Audi sólo da luz verde a un modelo para su producción
en serie cuando todo el proceso relativo al control de calidad se ha superado
con éxito. Y en este proceso no sólo se incluyen las pruebas a fondo con
unidades de pre serie en el túnel de viento, en la cámara climática o los test
de validación en carreteras abiertas bajo condiciones extremas recorriendo
cientos de miles de kilómetros. Ya en la misma fase de desarrollo cada
componente debe ser calificado junto con el proveedor, y posteriormente debe
ser aprobado por el departamento de ingeniería de materiales. Aquí desempeña un
papel fundamental el denominado Meisterbock.
La perfección se consigue utilizando los
más sofisticados métodos de análisis, que aseguran que cada componente ajusta
como debe, y que todas las piezas móviles cumplen su función. Para ello se
utilizan tecnologías como la tomografía computerizada, más propia del sector
médico, que facilita en examen profundo de los componentes de formas más
complejas. O el microscopio de barrido electrónico, que busca defectos en las
estructuras de la superficie de la pintura en incluso las soldaduras de unión
entre distintas piezas hasta el último nanómetro.
El Meisterbock: buscando la perfección
Pero el elemento clave en lo que
respecta a la calidad visual y la perfección para Audi es el Meisterbock, un
armazón de perfiles macizos de aluminio sobre el que se montan los elementos
que forman la carrocería del vehículo. Por ello, a pesar de los modernos métodos
de modelado y procesamiento digital, el Meisterbock tiene una importancia
especial: no sólo permite el ajuste preciso bajo criterios objetivos utilizando
herramientas de medición, también tiene en cuenta el conjunto completo
considerado de forma subjetiva.
Aquí, la carrocería del nuevo Audi A4
luce una silueta elegante y precisa incluso montada sobre la sólida estructura
de aluminio y con los cientos de marcas de referencia que se alinean a lo largo
de las zonas de unión de los distintos elementos, recordando a las marcas de
tiza de un sastre que indican las costuras previas al confeccionar un traje a
medida.
En el Meisterbock, ingenieros,
diseñadores, técnicos y proveedores pueden comprobar el progreso de cada
proyecto. No se trata sólo de que los distintos elementos ajusten bien, se
controla cada detalle, con el objetivo de ajustar al máximo los acabados, la
apariencia visual y táctil tanto del interior como de la carrocería, e incluso
el sonido que emiten los elementos móviles cuando cumplen su función. Las
posibles desviaciones se miden de forma precisa analizando y calibrando las
uniones y las articulaciones. Y no sólo son las décimas de milímetro las que
deciden la calidad: la opinión subjetiva que transmite el conjunto a los ojos y
manos de los expertos en calidad de Audi tiene tanto valor como las mediciones
obtenidas mediante métodos digitales.
Se optimizan y ajustan en esta fase
elementos como las puertas, capó delantero, tapa del maletero, alineación de
los faros, la parrilla Singleframe o las distintas molduras con el resto de la
carrocería, el ajuste de los distintos paneles, parachoques, ventanillas,
espejos retrovisores, etc. El trabajo es de gran complejidad, pues hay que
conseguir una unión limpia entre materiales tan distintos como el acero, el
aluminio, el plástico el caucho o el vidrio. Y de cara a las tolerancias se
tiene en cuenta incluso la aplicación de la pintura, a pesar de que una capa
puede tener apenas 15 centésimas de milímetro de espesor.
También en el Meisterbock se asegura la
calidad y la armonía en el interior de cada nuevo vehículo, uno de los mayores
desafíos, porque intervienen una gran cantidad de materiales distintos entre
sí, muchos de ellos procedentes de distintos proveedores, que han de ser
coordinados con precisión. El resultado tiene una importancia vital ya que a
pesar de las simulaciones en ordenador, la interacción entre todas y cada una
de las partes que componen el nuevo Audi A4 sólo se muestran en su totalidad en
el Meisterbock.
Aquí se pueden detectar posibles cambios
en la impresión cromática que transmite un material desde diferentes ángulos de
visión, y que no son reproducibles por dispositivos de medición óptica
especiales como el espectofotómetro. Una vez más, la última palabra la tiene la
valoración subjetiva de un profesional, ya que sólo el ojo humano es capaz de
detectar y evaluar de forma simultánea el color y el brillo de la estructura de
una superficie según el tipo de luz al que se encuentra expuesta.
Además de verificar criterios
funcionales como la facilidad de instalación, el sellado de las ventanillas,
las fuerzas de actuación necesarias o el sonido que produce el movimiento de
los distintos elementos –por ejemplo para abrir o cerrar una puerta–, también
se presta atención a los más pequeños detalles: posibles rebabas o bordes que
no sean uniformes en una salida de aire o en la carcasa de la cubierta de un
altavoz, por ejemplo. Todo tiene que encajar a la décima de milímetro, y el
proceso de medición y análisis permite saber exactamente a qué etapa de la
producción hay que retroceder si durante el curso de la producción algo no
encaja según la norma. Cualquier mínima deficiencia se evalúa y se corrige con
los proveedores.
Una vez que se ajustan las partes
individuales, el siguiente paso es la inspección visual del vehículo completo,
para pasar posteriormente a las pruebas de pre producción con los modelos de
pre serie, que tienen lugar en distintas regiones del mundo para someter al
vehículo a las características del clima, del tráfico y de las infraestructuras
de cada región. Y como parte del proceso de validación y control de calidad,
cada Audi A4 que sale de la línea de montaje se somete a una inspección final.
Además, periódicamente se eligen de forma aleatoria vehículos individuales para
ser sometidos a test específicos y a pruebas adicionales, de cara a mantener
los estándares de calidad durante la producción. El resultado es la
inconfundible calidad Audi, que en el nuevo
A4 alcanza una vez más su máxima expresión.
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