Es una de las pesadillas de cualquier conductor: salimos
de casa o el trabajo a coger el coche y no está donde lo habíamos dejado.
Lógicamente, llegan los nervios y la tensión. Primero, vale la pena respirar
hondo un par de veces y asegurarnos de que la “desaparición” del vehículo no se
debe a un despiste o a la actuación de la grúa.
Si todo indica que se debe a un robo, puede tratarse
desgraciadamente de uno de los cerca de 48.000 casos de sustracción de
vehículos que se dan anualmente en España (dato de 2013, informes actualizados
en el Ministerio del Interior). La buena noticia es que la cifra de robos ha
descendido de forma espectacular en los últimos años: en 2007 se robaron el
doble de vehículos que en 2013, unos 95.000; la mala, que no nos consuela si
los afectados somos nosotros.
La actuación inmediata después de un robo se resume
básicamente en dos pasos…
1. Denunciar el robo a la Policía
Cuanto antes realicemos la denuncia, antes se introducirá
la orden de búsqueda en el sistema y limitaremos las opciones de huida de los
ladrones. Por ello, se recomienda realizar primero una denuncia por teléfono y
luego firmarla en comisaría. Deben darse los máximos datos posibles del
vehículo (modelo, color, matrícula, número de bastidor), además de detalles que
puedan ayudar a identificarlo (golpes, pegatinas, etc.). Si los papeles del
vehículo estaban en el interior, también deberá denunciarse.
En caso de que el vehículo lleve un detector antirrobo,
puedes ponerte en contacto con la central de alarmas después de haber realizado
la denuncia.
2. Comunicarlo a la aseguradora
Primero telefónicamente y luego hacerles llegar una copia
de la denuncia. Si pasados 30 días naturales el coche no ha aparecido, se dará
oficialmente como “desaparecido” y se pueden empezar los trámites para la
indemnización. En función de la póliza contratada, estará cubierta o no la
pérdida del vehículo. Generalmente, si está incluida, la indemnización cubre el
valor total del vehículo durante los dos primeros años y el valor venal con una
antigüedad mayor.
Una vez realizados estos pasos también vale la pena darlo
de baja en la correspondiente Jefatura de Tráfico, de este modo se evitarán
problemas en caso de que se cometa algún delito con el vehículo y se dejarán
también de pagar los gastos relacionados con su propiedad (seguro, impuesto de
circulación, etc.). Necesitarás, junto con la documentación personal y del
vehículo, la denuncia de robo.
En caso de que el vehículo aparezca, ¡felicidades!
Deberás comunicarlo a la Policía y podrás darlo de nuevo de alta sin coste. Si
hay desperfectos, y siempre en función de la póliza contratada, la aseguradora
también se hará cargo de ello. Y todo habrá quedado en un susto…
Como ves, resulta fundamental conocer a fondo las
coberturas incluidas en la póliza. Si tienes cualquier duda, los expertos de
RACC Seguros analizarán tu caso y te recomendarán la oferta más adecuada.
Fuentes:RACC
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