Cuando
la lluvia, la niebla o la nieve empeoran las condiciones atmosféricas. Para
entender su importancia hay que tener en cuenta que el 20 por ciento de los
accidentes de carretera se deben a una mala visibilidad.
Y en
el caso que nos ocupa no vale esperar a que llegue el mal tiempo, el agua y la
suciedad sobre el parabrisas o la luneta trasera pueden reducir nuestra
visibilidad en cualquier época del año.
Vamos
a dar unos consejos para que esta situación no se vea agravada por falta de un
incorrecto funcionamiento.
1.-
No solamente el desgaste por el propio uso degradan las escobillas del
limpiaparabrisas, también las temperaturas extremas a las que están sometidas
afectan sus cualidades de limpieza y barrido, sobre todo el calor elevado que
reseca el caucho con el que están fabricadas. Es recomendable cambiarlas una
vez al año, y mejor hacerlo cuando empiecen la época más húmeda del lugar donde
vivamos.
2.-
Durante el invierno, cuando el hielo o la nieve hayan cubierto por la noche o
en el aparcamiento el parabrisas, no accionar los limpiaparabrisas hasta
eliminarlos. Probablemente se habrán quedado pegados al cristal y los
deterioraríamos. Para despegarlos, utilice alcohol o algún espray
descongelante. No utilice agua caliente, pues puede congelarse en breve tiempo
agravando el problema.
3.-
Para no deteriorar las escobillas y que realicen su función de barrido
convenientemente, lave frecuentemente la superficie del parabrisas con un
producto desincrustante que elimine rastros de suciedad o insectos, que es lo
que provoca esos molestos rastros de agua al paso del limpiaparabrisas y que
perjudican la correcta visión del conductor.
4.-
Además de limpiar la superficie del parabrisas, hacerlo también con las
escobillas eliminando cualquier incrustación en los labios y la superficie de
barrido. Hacerlo con un producto de limpieza del tipo detergente y utilizando
una esponja o un pequeño cepillo.
5.-
No descuidar el limpialunetas trasero en caso de llevarlo. Es también muy
peligroso perder el control visual de los que sucede por detrás de nuestro
vehículo.
La
importancia de los eyectores
6.-
Tan importantes como los limpiaparabrisas son los eyectores de líquido que
equipan los automóviles para conseguir un buen barrido y limpieza. Hay que
controlar su perfecto funcionamiento, limpiándolos si están obturados con un
alfiler. Con el mismo alfiler podemos orientarlos en la buena dirección. El
líquido debe llegar justo a media altura del parabrisas y en su parte central
para que las escobillas actúen correctamente.
7.-
Rellenar regularmente el depósito del limpiaparabrisas para tener líquido
disponible si nos sorprende el mal tiempo.
8.-
Para ello utilizar un producto específico con anticongelante y agentes de
limpieza desincrustantes.
9.-
A la hora de cambiar las escobillas, verificar exactamente las medidas que
necesita nuestro coche mediante el código utilizado por cada fabricante.
Procurar adquirir repuestos de calidad dada la importancia que tienen en la
seguridad de conducción, además nos durarán más tiempo en buenas condiciones de
funcionamiento.
10.-
Si nos decidimos a cambiarlas nosotros mismos, leer bien las instrucciones para
hacerlo. Es una operación sencilla pero debe hacerse correctamente y los
limpiaparabrisas de cada lado suelen ser de diferente medida, algo que habrá
que tener en cuenta cuando nos pongamos manos a la obra.
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