Actualmente,
la división deportiva de Mercedes-Benz, AMG, tiene entre sus filas tres modelos
equipados con el motor turbo de cuatro cilindros y 2.0 litros de cilindrada, el
CLA 45 AMG, el A 45 AMG, y el recién llegado GLA 45 AMG. Tres diferentes
estilos que guardan una misma esencia, la de ser vehículos compactos.
Pues
bien, según recoge la web WhatCar, la compañía estaría pensando montar el mismo
bloque en versiones superiores. El portal publica unas declaraciones del CEO de
AMG, Tobias Moers, en el que se habla de esta posibilidad apuntando a que sería
una solución lógica en los mercados en los que la cilindrada es una
característica importante de clasificación.
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Además,
Moers, habla de que es una idea atractiva montar una mecánica de cuatro
cilindros de alto rendimiento en un vehículo de dimensiones no compactas. Y lo
cierto es que los 360 caballos de potencia que desarrolla este motor serían
suficientes para cualquier variante, o, al menos, convertirla en la versión de
acceso a otras mayores.
Este
tema cobró importante relevancia en la conversación pero no fue el único
asunto, la “hibridación” también se coló en la entrevista. La respuesta de
Tobias Moers a la pregunta sobre si podría existir un AMG diésel, abrió el
debate. Y es que éste no le dio demasiado futuro a este combustible pero si
dejó la puerta abierta a la tecnología híbrida.
La
pregunta es, ¿qué modelo podría esconder bajo su piel deportiva este cuatro
cilindros? El Mercedes-Benz Clase C sería la elección más sensata. Pero lo
cierto es que esta posibilidad pierde fuerza con la llegada del C450 AMG, el
primer peldaño hacia el C63 AMG, que ya tiene motor, el V6 turboalimentado de
3.0 litros y 372 CV.
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