La
marca de coches surcoreana Kia, perteneciente desde el año 1998 al Hyundai, ha
sido asociada tradicionalmente a una oferta asequible y a una gama baja de
automóviles, lo cual le ha reportado un exponencial crecimiento. Sin embargo,
sus responsables llevan algún tiempo dando lo que parece un golpe de timón
encaminado a competir en segmentos superiores con, incluso, firmas premium como
Audi, Mercedes-Benz o BMW.
Así
lo demuestra el lanzamiento para la próxima primavera de la nueva berlina K900,
con la que Kia quiere asaltar el segmento de los vehículos de alto lujo en
Estados Unidos, mercado en el que suma ya 20 años de presencia con un resultado
notable: en 2008, vendía 273.397 coches. Seis años después, en 2013, el
fabricante surcoreano duplicó esa cifra.
Pero
el K900 no es el primer signo de esta tendencia. Hace un año, Kia presentaba,
también en el mercado americano, de la berlina del segmento E Cadenza, el
primer vehículo por encima de los 40.000 dólares en la historia de la marca que
compite en el segmento de lujo medio. Y no sólo eso, el desarrollo de conceptos
como el flamante deportivo GT4 Stinger también contribuyen a esa sensación de
que Hyundai quiere llevar a su otrora marca de gama baja a un nivel superior.
Los
argumentos del Kia K900
Ése
es precisamente el ambicioso objetivo del K900: ni más ni menos que competir de
tú a tú con las marcas alemanas en el segmento de las berlinas de representación
como los Audi A8, BMW Serie 7 o Mercedes-Benz Clase S. Y argumentos no le
faltan... El principal es su precio: en EEUU, el nuevo K900 costará, según Kia,
65.500 dólares en su versión más equipada, lo cual representa unos 35.000
dólares más barato que sus homólogos en las gamas de las premium alemanas.
Menor
precio sin renunciar en modo alguno al lujo y la tecnología propios de estos
segmentos: Kia asegura haber equipado al K900 con avanzados elementos de
tecnología punta con, por ejemplo, una pantalla frontal HUD o un sistema
avanzado de gestión de seguridad; confort, con asientos traseros reclinables
independientes en un habitáculo de madera y cuero; y prestaciones de alto
rendimiento con un motor V8 con 420 CV de potencia.
Una
nueva oportunidad
Pero,
¿será todo esto suficiente para convencer al exigente público del que se
compone el target de automóviles de este tipo teniendo en cuenta su tradición?
Pues los responsables de Kia, lejos de que su pasado sea un hándicap insalvable
en sus nuevas aspiraciones, lo ven como una oportunidad más. "El K900 no
es lujo lleno de tradición. Es lujo que se experimenta, con el que se vive, que
es cómodo. Es nuestra versión de lujo", explica Scott McKee, director de
Relaciones Públicas de Kia en Estados Unidos. "Hay una nueva realidad en
el espacio del lujo".
Los
datos que maneja Kia señalan que, tras la recesión de 2008 en Norteamérica, hay
un nuevo tipo de cliente, consumidores que tuvieron que dejar sus vehículos de
lujo por necesidades económicas pero que siguen aspirando a tener las
comodidades y tecnologías que ofrecen. O consumidores que aunque tienen la
capacidad de gastarse entre 80.000 y 100.000 dólares en un vehículo de lujo,
son más conscientes ahora de vivir de una forma más modesta.
"Cuando
presentamos el Sorento, nuestro primer vehículo por encima de los 30.000
dólares en Estados Unidos, nos dimos cuenta que la recesión lo había hecho
atrayente para muchas personas. Porque la recesión les hizo pensar más en las
grandes compras", dice Orth Hedrick, vicepresidente de Planificación de
Productos de Kia. "Con el nuevo Optima también vimos muchos clientes que
procedían de vehículos de gamas más elevadas", añade.
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