Primer vehículo de Audi fabricado en serie adaptado para funcionar con gas
natural.
Motor 1.4 TFSI modificado, y funcionamiento bivalente: 400 km de autonomía
en modo gas, y 900 km adicionales en modo gasolina.
Gasto estimado de combustible funcionando con gas: alrededor de 4 euros por
cada 100 km.
Madrid, 27 de agosto de 2013 – Con el A3 Sportback g-tron, Audi da un gran
paso hacia la movilidad sostenible del futuro. El cinco puertas compacto
llegará al mercado a finales de año, y puede utilizar como combustible tanto el
gas natural fósil como el Audi e-gas de bajo impacto climático, que la misma
empresa fabrica en su nueva planta de producción de Audi e-gas en Werlte,
Alemania. Con ello aúna de un modo inédito ecología, economía y alta tecnología.
El Audi A3 Sportback g-tron, el primer automóvil de fabricación en serie de
la marca de los cuatro aros capaz de funcionar con gas natural, es una muestra
de la competencia tecnológica de Audi, desde la tecnología de construcción
ligera Audi ultra hasta los sistemas de asistencia al conductor, pasando por
sistemas de infotainment con un nivel de desarrollo excepcional. Presenta
además los últimos avances de la tecnología CNG (Compressed Natural Gas),
incluido el almacenamiento del combustible. Sus dos grandes depósitos a presión
situados debajo del piso del maletero tienen una capacidad de unos 7 kg de gas
cada uno; básicamente ocupan el lugar del alojamiento de la rueda de repuesto,
por lo que apenas reducen el volumen del maletero.
Depósitos ultra ligeros
Estos depósitos, que almacenan el gas a una presión de 200 bares, son un
buen ejemplo del principio de construcción ligera Audi ultra: pesan un 70%
menos que los depósitos de acero convencionales, lo que supone un ahorro
unitario de unos 27 kg respecto a una réplica de características comparables.
Se han construido conforme a un diseño muy novedoso: una matriz de poliamida
estanca al gas constituye la capa interior, una segunda capa de material
plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) proporciona la máxima
resistencia mecánica, y una tercera capa de material plástico reforzado con
fibra de vidrio (GFRP) ofrece protección contra daños procedentes del exterior.
Como aglutinante para los materiales reforzados con fibra se utiliza resina epoxi.
Un segundo aspecto a destacar en el Audi A3 Sportback g-tron es el
regulador electrónico de la presión del gas. El compacto y ligero componente
reduce la alta presión con la que el gas sale de los depósitos en dos fases,
hasta situarla entre los 5 y los 9 bares. De este modo, en el conducto común de
gas y en las válvulas de insuflado se dispone siempre de la presión adecuada;
baja para una conducción eficiente en los regímenes bajos y alta cuando el
conductor demanda potencia y par motor.
El Audi A3 Sportback g-tron se ha concebido como un vehículo bivalente. Si
la presión en el depósito baja de los 10 bares con una cantidad restante de gas
de unos 0,6 kg, la gestión del motor cambia de forma automática al modo de
gasolina. En el ciclo NEDC recorre funcionando con gas más de 400 kilómetros, a
los que suma otros 900 kilómetros en el modo de gasolina, con lo que su
autonomía total se sitúa al mismo nivel que la de un TDI. En el sistema de
información al conductor se puede ver el consumo correspondiente; dos
indicadores en el cuadro de instrumentos informan sobre los niveles de llenado
de los depósitos, cuyas bocas de llenado se encuentran bajo una tapa común.
Excepcional rendimiento
Después de repostar y a temperaturas muy frías, el Audi A3 Sportback g-tron
arranca primero en modo de gasolina y cambia después lo más rápidamente posible
al modo de gas. Su motor es un 1.4 TFSI modificado; la culata, el sistema de
turbosobrealimentación, el sistema de inyección y el catalizador han sido
adaptados específicamente al modo de gas. Con 110 CV (81 KW) y 200 Nm de par
motor, el cinco puertas compacto acelera en menos de 11 segundos de los 0 a los
100 km/h, con una velocidad punta que se sitúa por encima de los 190 km/h.
En cuanto a la eficiencia y la economía, el Audi A3 Sportback g-tron marca
la pauta en su segmento. Las emisiones de CO2 en el escape permanecen, en el
ciclo NEDC, por debajo de los 95 gramos por kilómetro, y los gastos de
combustible para el cliente rondan los 4 euros por 100 km. El consumo medio a los
100 km es inferior a los 3,5 kg de gas natural o de Audi e-gas, el combustible
que se genera en el marco del proyecto Audi e-gas a partir de CO2 y agua con
ayuda de electricidad ecológica. Con él, la marca de los cuatro aros se adentra
en el futuro de la movilidad: Audi es el primer fabricante de automóviles en
desarrollar toda una cadena de energías sostenibles.
El trabajo de la instalación de e-gas que Audi ha construido en Werlte, en
el distrito alemán de Emsland, se lleva a cabo en dos grandes etapas: la
electrolisis y la metanización. En la primera etapa la planta utiliza
electricidad regenerativa para disociar el agua en oxígeno e hidrógeno por
medio de tres electrolizadores. El hidrógeno resultante se puede separar en
caso necesario para ser utilizado como combustible en futuros vehículos de pila
de combustible.
En la actualidad falta sin embargo una infraestructura de hidrógeno global,
por lo que se ha introducido una segunda etapa del proceso: mediante la
reacción del hidrógeno con CO2 se obtiene metano sintético, el denominado Audi
e-gas. Desde el punto de vista químico es casi idéntico al gas natural fósil,
por lo que se puede distribuir a través de la red de gas natural alemana a las
estaciones de servicio CNG, donde se lleva a cabo el repostaje. El dióxido de
carbono que se utiliza para producir el Audi e-gas procede de una instalación
cercana de biometano que funciona con residuos orgánicos y que es gestionada
por el proveedor eléctrico EWE. La planta separa el dióxido de carbono para
producir biometano de alta pureza a partir de biogás bruto. La planta de Audi
e-gas producirá previsiblemente unas 1.000 toneladas de e-gas al año, fijando
cerca de 2.800 toneladas de CO2 que de lo contrario irían a parar a la
atmósfera. De este modo, el combustible tiene un impacto neutro sobre el clima.
El Audi e-gas
En todo el proceso de producción de la planta de e-gas, que Audi ha
construido en colaboración con la empresa de construcción de instalaciones
ETOGAS (antiguamente SolarFuel), el aprovechamiento eficiente de los flujos de
energía tiene la máxima prioridad. El calor emitido durante la producción del
Audi e-gas sirve para la higienización de los residuos y para la preparación
del biogás en las instalaciones contiguas, con lo que aumenta considerablemente
el rendimiento global. La instalación de Audi e-gas se inauguró el pasado mes
de junio, y desde el verano suministra el gas sintético a la red.
El Audi e-gas es un combustible con mucha energía que es especialmente apto
para los motores de combustión. Con el e-gas que se produce en Werlte, 1.500
Audi A3 Sportback g-tron nuevos pueden recorrer anualmente 15.000 kilómetros
cada uno con emisiones neutras de CO2. Eso significa que durante la conducción
no se emite ni un solo gramo de CO2 que no haya sido fijado anteriormente en la
producción de e-gas. Incluso en el exhaustivo balance well-to-wheel, que
incluye los gastos por la construcción y la puesta en servicio de los
aerogeneradores y de la instalación de e-gas, el equivalente en CO2 se situará,
según los pronósticos actuales, por debajo de los 30 gramos por km.
Básicamente, el A3 Sportback g-tron puede circular con gas natural, con el
biometano que se vende en algunas estaciones de servicio y con Audi e-gas, en
el caso de Alemania.
En la actualidad sigue sin resolverse la cuestión de cómo almacenar
electricidad ecológica, de la que cada vez hay más excedentes dados los avances
del cambio energético, de un modo eficiente e independientemente del lugar en
el que se produce. Por ello, la industria energética alemana se puede
beneficiar del concepto del proyecto Audi e-gas. El acoplamiento de la red
eléctrica y la red de gas que por primera vez en todo el mundo se ha llevado a
cabo con la instalación de e-gas en Werlte permite solucionar este problema
almacenando el e-gas generado en el acumulador de energía más grande y más
eficaz del mundo: la red de gas natural. Esta perspectiva puede suponer un
importante impulso para la expansión de las energías renovables.
Audi A3 Sportback g-tron: los datos técnicos
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