domingo, 2 de diciembre de 2012

Tres de cada diez jóvenes reconocen haber mandado mensajes o navegado por internet mientras conducía




El 31 por ciento de los jóvenes conductores españoles, menores de 25 años, reconoce que en alguna ocasión ha envidado mensajes de texto, utilizado aplicaciones de mensajería instantánea o consultado sus correo electrónicos mientras conducía, según un estudio de Goodyear realizado entre jóvenes europeos sobre los riesgos de la nueva generación online.

Además, el 26 por ciento de los jóvenes conductores españoles admite que, a pesar de estar prohibido, alguna vez ha hablado por teléfono al volante sin usar manos libres. Pese a lo llamativo de este porcentaje, lo cierto es que comparado con los otros quince países que componen el estudio, los jóvenes españoles no quedan en mal lugar.
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De hecho, están en el grupo de los que menos usan el teléfono para mirar el correo o mandar mensajes junto con los alemanes y británicos (29% y 14% de uso, respectivamente). Mientras, el 65 por ciento de los jóvenes sudafricanos, el 56 por ciento de los turcos y el 55 por ciento de los suecos reconocen abiertamente que escriben mensajes mientras conducen. De media, el 41 por ciento de los 6.400 jóvenes entrevistados admitían que hacían este uso del móvil al volante.
Todavía es mayor el porcentaje de los que reconocen que hablan por teléfono sin usar auriculares ni manos libres mientras conduce, el 44 por ciento lo admite. Los suecos y los rusos son los que cometen más infracciones, con un 70 por ciento, y los conductores sudafricanos (61%) y turcos (60%) no muy por detrás. El Reino Unido, España y los Países Bajos, con el 15 por ciento, 26 por ciento y 27 por ciento respectivamente, son quienes usan menos sus teléfonos al volante, lo que parece demostrar que una imposición más estricta de la ley puede resultar eficaz, según el estudio de Goodyear.
Contrariamente a la creencia popular, el trabajo destaca que cerebro es incapaz de concentrarse en varias tareas simultáneamente, sino sólo de realizarlas de forma secuencial y cambiar de una a otra con rapidez. La zona del lóbulo frontal del cerebro, relacionada con la atención y la concentración, se satura con facilidad cuando los conductores realizan numerosas tareas a la vez, lo que pone en grave peligro tanto su seguridad como la de otros usuarios de la vía.

La distracción provocada por realizar otras tareas mientras conducen es conocida por los expertos como ceguera por inatención, que hace que miremos a los objetos, pero sencillamente no los veamos cuando estamos hablando por teléfono. El mundo online moderno ofrece sin duda demasiadas distracciones para los jóvenes conductores, lo que reduce considerablemente su capacidad para concentrarse al volante, explica el presidente de la Federación Europea de Autoescuelas (EFA), Gerhard von Bressensdorf.

Conducir requiere un 100% de nuestra concentración y atención. Por eso, los jóvenes deben dejar a un lado los teléfonos y otras distracciones si quieren conducir de forma segura y responsable, continúa.

DISTRACCIONES NO SÓLO DIGITALES

Aunque las nuevas tecnologías sin duda suponen un tipo particular de distracción, las actividades más tradicionales siguen atrayendo la atención de los jóvenes al volante. Un 58 por ciento bebe refrescos y un 45 por ciento come ocasionalmente mientras conduce, y algunos jóvenes conductores consideran seguramente sus coches como una extensión de su lavabo y espejo, pues el 14 por ciento admite haberse puesto maquillaje, arreglado el pelo o afeitado mientras conducía.
Hasta aquí lo que reconocen los propios conductores, pero cuando se les pregunta sobre el comportamiento de sus amigos el porcentaje aumenta, ya que los jóvenes son más propensos a admitir los malos comportamientos al volante en sus amigos y compañeros que en ellos mismos.
El 68 por ciento ha visto a sus amigos hablando por teléfono mientras conducían y un 62 por ciento los ha visto escribir mensajes, correos electrónicos o navegar por Internet. Los rusos y sudafricanos son más dados a informar de este comportamiento en sus compañeros (83% y 82%) mientras que los jóvenes británicos son los que menos (37%).
Parece que los turcos son muy propensos a utilizar smartphones para escribir mensajes, correo electrónico o navegar, pues un 78 por ciento de personas asegura que ha visto a sus amigos adoptar este tipo de comportamiento. Los jóvenes turcos también son muy dados a ponerse maquillaje, arreglarse el pelo o afeitarse mientras conducen (57%), mientras que los británicos, más respetuosos con la ley, los que menos con sólo el 20 por ciento.
Una cuarta parte de los jóvenes también indica haber visto a sus amigos leer el periódico mientras conducen y un 24 por ciento haber visto a sus amigos cambiarse de ropa.
El estudio ha sido realizado por IPSOS a petición de Goodyear EMEA con el objetivo de hacer entender mejor a los conductores jóvenes y noveles aspectos relacionados con la seguridad vial, sus creencias y prácticas. Un total de 6.400 personas fueron entrevistadas con unas 400 entrevistas por país. Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Polonia, Rusia, España, Suecia, Suiza, Sudáfrica, Turquía y Reino Unido.

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