A partir del próximo mes de noviembre todos los coches de
nueva presentación en Europa deberán incluir de serie el sensor de presión de
los neumáticos.
Esta normativa se suma a las anteriores presentadas por la
Unión Europea y que obliga a la instalación del control de estabilidad y, desde
hace ya muchos años, también el ABS y el airbag para el conductor.
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Con la entrada en vigor de esta nueva ley se pretende
evitar que los conductores se olviden del estado de las ruedas, ahorrando en
combustible y mejorando lógicamente la seguridad vial. Los sensores homologados
deberán contar con un receptor inalámbrico en cada neumático y un indicador
visual o sonoro que avise al conductor de qué la presión no es la correcta.
Este sistema tiene que notificar cada vez que se enciende el vehículo de ello,
antes de iniciar la marcha.
Todos los vehículos que sean presentados a partir del 1
de noviembre para el mercado europeo deberán llevarlo, si bien para aquellos
que ya están a la venta el plazo se alarga hasta el 1 de noviembre de 2014.
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