El sistema combina el uso de pilas
de combustible de óxido sólido —Solid Oxide Fuel Cells (SOFC)— y microturbinas
de gas y se aplica en la planta de producción de Motomachi (Japón).
Nuevo paso de Toyota para seguir
promoviendo el desarrollo y la incorporación de tecnologías de hidrógeno en los
centros productivos, lo que contribuye al objetivo de cero emisiones en las
fábricas, uno de los retos del Desafío Medioambiental al año 2050.