Cuando Henk Spin compró un 356 A Coupé para restaurarlo, no sospechaba que se trataba de un clásico exclusivo que salió de fábrica con una dotación muy especial. Diez años después, este vehículo de 1958 vuelve a brillar con su color blanco Porcelana y sus numerosos elementos opcionales fuera de lo común.
Las pocas personas que se han atrevido a salir en este desapacible día gris en la costa neerlandesa del mar del Norte reciben su recompensa. El viento azota y las temperaturas caen en picado. En realidad, no es buen momento para dar un paseo, pero de repente se oye el sonido característico de un Porsche 356 A Coupé. Entonces, el clásico de color blanco Porcelana pasa por el mercado de Korenmarkt en Hoorn, una pequeña localidad al norte de Ámsterdam, y hace una parada en uno de los muchos canales, que no tienen nada que envidiar a los de la famosa capital. En cuanto Henk Spin apaga el motor, los primeros paseantes ya echan la mano a sus teléfonos. Un 356 no se ve todos los días, y mucho menos en ese estado. Aún así, nadie puede adivinar que se trata de una unidad realmente única.
Un curioso hallazgo