Estados Unidos continúa apostando por los coches autónomos, un ejemplo de ello es la propuesta de ley que se aprobó el pasado miércoles.
Esta ley obliga a la presentación de un
informe sobre el correcto funcionamiento estos vehículos. Sin embargo, y a
pesar de esta medida de seguridad, la información que reciben los ciudadanos
sobre la figura del conductor autónomo es polémica y omite que es él quien
posee la responsabilidad en caso de peligro