Estados Unidos continúa apostando por los coches autónomos, un ejemplo de ello es la propuesta de ley que se aprobó el pasado miércoles.
Esta ley obliga a la presentación de un
informe sobre el correcto funcionamiento estos vehículos. Sin embargo, y a
pesar de esta medida de seguridad, la información que reciben los ciudadanos
sobre la figura del conductor autónomo es polémica y omite que es él quien
posee la responsabilidad en caso de peligro
El pasado miércoles Estados
Unidos votó una propuesta de ley sobre la obligatoriedad de los fabricantes de
coches autónomos de presentar un informe sobre el funcionamiento del vehículo.
Esta ley busca acelerar la inclusión en las carreteras de este medio de
transporte, preservando la seguridad del resto de conductores y peatones. Durante
los últimos años se ha dado una eclosión entre las empresas de automóviles y de
tecnología que prometían que la conducción autónoma sería una realidad en la
próxima década, este tipo de medidas facilitan que estas afirmaciones se hagan
reales.
Esta no es la primera ley que
aprueba el gobierno estadounidense en esta línea, ya en julio se apoyó una ley
que permitía a los fabricantes poner en circulación hasta 100.000 vehículos
autónomos. La actual propuesta es una medida para controlar este despliegue,
hecho lógico ante las afirmaciones de expertos que aseguran que en tres años
circularan cerca de 250 millones de estos automóviles en el mundo.
Estos automóviles no solo
conducirán por sí solos, sino que serán capaces de realizar tareas como
adelantar, aparcar o cambiar de carril. Esta independencia del conductor se
dará gracias a media docena de cámaras, radares y un láser. Sin embargo, y a
pesar de esta supuesta autonomía del conductor, este debe poseer el carnet de
conducir ya que será quien deba tomar el control en caso de incidentes y el que
deberá responder si el vehículo fallará. Así, si bien se han valorado y se
continúan estudiando todos los escenarios a los que podría llegar a enfrentarse
el automóvil, el conductor continúa siendo el último responsable en caso de
accidente.
Este hecho ha provocado que
negocios y empresas relacionadas con el mundo del automóvil exijan una mayor
claridad en la publicidad. Este es el caso del taller en Tavernes Blanques
Cortes Valencianas (Valencia), cuyos propietarios defienden que se ha de evitar
las campañas publicitarias que aseguran la total autonomía del automóvil. Los
coches autónomos serán el futuro, sus excelentes resultados y los beneficios
que reporta ya lo han demostrado, pero ello no ha de suprimir una correcta
preparación de los futuros conductores, así como las campañas de seguridad vial
o las mejoras de las carreteras.
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