Hay quien se empeña en que consumas bebidas azucaradas durante los viajes, pero no hay razones científicas ni lógicas para hacerlo.
Al volante en verano, calor y sed. Camino de la playa, de vuelta a casa, kilómetros y sed. No resulta raro. Y, sin embargo, hay más riesgo del que parece. Un vaso de agua de menos es como una copa de más. El coche y la deshidratación (juntos) son tan peligrosos que, eso sí, el remedio es facilísimo: cuando conduzcas, bebe. Agua, por descontado. Pero ¿se puede beber algo más?