Actualmente, Opel es perfectamente identificable en todo el mundo gracias a valores de marca como la emoción, la accesibilidad y su carácter alemán. Sin embargo, este privilegio no se ha conseguido gracias a la publicidad y la mercadotecnia, sino que es el resultado de 120 años de trabajo en pos de un claro objetivo: que las innovaciones estén al alcance del mayor número posible de personas. Gracias a esta voluntad por implementar las últimas tecnologías en sus productos y servicios y ponerlas al alcance del público más amplio, a lo largo de la historia Opel ha conseguido dar en la diana en numerosas ocasiones, popularizando modelos hasta convertirlos en verdaderos iconos de la automoción y auténticos fetiches para el gran público, contagiado por la pasión que identifica a la marca alemana.