El sector de las dos ruedas espera que en 2014, el
mercado remonte después de haber tocado fondo en 2013, con unos niveles que
están por debajo de los de hace casi 60 años y problemas que afectan sobre todo
a los modelos más pequeños. Pero de los que no se libran los de alta
cilindradas, gravados como ningún otro objeto de consumo a pesar de lo cual se
venden a unos precios que eran impensables hace tan solo cinco años.
Además, el año acabará sin programas de ayudas a la
compra, entre otras razones, porque apenas queda industria que respaldar, justo
lo contrario que ocurre con los coches. Y los pocos incentivos que se aplican,
quedan reservados a modelos de demanda testimonial, como los eléctricos, cuyas
ventas suponen en el mejor de los casos un 3% del segmento.