Lamborghini y Porsche son firmas
que históricamente se han caracterizado por ser dos de los referentes en cuanto
a superdeportivos se refiere. Dos marcas que son sinónimo de adrenalina al
volante y derroche de potencia, un rasgo identificativo que pretenden conservar
a pesar del viraje que está experimentando la industria del automóvil hacia la
electrificación.