Albert Einstein (1879-1955) Físico y
matemático alemán.
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Un día más y movidos por el
interés de las preguntas que se nos hacen, me permito responder a través de
estas líneas, por si a alguien le fuera de utilidad, o al menos le da por
pensar.
Hoy, conducir “borracho,
ebrio, bajo la influencia de bebidas alcohólicas o estupefacientes o cómo ahora
se simplifica y denomina “drogas”. Un tema nunca suficientemente repetido. Da igual
cómo lo denominemos, pero, sabemos qué nos estamos jugando, y a qué les hacemos
“jugar” a los demás sin quererlo,…ellos.
Dicho esto, nos preguntan si
en un accidente en que se ha visto implicado, y donde el “responsable” del
mismo conducía bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, puede su
compañía de seguros oponerse a la
reclamación legítimamente efectuada alegando este hecho, y en definitiva no
pagarle la indemnización que por derecho le corresponde...
Una buena pregunta, y la
respuesta es negativa, no, meridianamente no puede, dado que la compañía
aseguradora no puede fundamentar el impago de la indemnización al tercero
perjudicado por encontrarse su asegurado bajo los efectos de bebidas
alcohólicas u otras sustancias, todo ello sin perjuicio del derecho de
repetición que puede ejercitar la compañía respecto de su asegurado conforme
establece la ley.
Es decir en principio al
perjudicado le cubre, esto es bueno, al menos no estamos, simplemente ante un
irresponsable, la ley “nos protege”, bastante malo es ya que esa misma “ley” no
pueda impedir con más vehemencia, efectividad y utilidad que se pueda conducir, privado de los
elementales sentidos para circular con un vehículo, que en manos de esa persona
puede llegar a “asesinar” o dejar impedido a alguien de por vida
Pero, no acaba el problema
generado, nuestra compañía pagará al perjudicado, pero ya que hemos jugado con
los demás, debemos asumir que también hemos jugado con nuestra vida, familia y
patrimonio.
En justa reciprocidad la
compañía que ha cubierto el siniestro y abonado esa indemnización, podrá
repetir contra el causante del daño, y esto de “repetir” qué es, muy sencillo,
que nos acabamos de “ganar el premio gordo”, si la Compañía abonó 300, 500 mil
o un millón de euros, está en su derecho de reclamarnos como conductor
“irresponsable” (me resisto a denominar “responsable a ese conductor” en estas
líneas) del accidente.
Por eso decía que no sólo
jugamos con los demás, los ponemos a “jugar a los dados” sin saberlo, al
conducir en estas condiciones, y en cualquier semáforo que nos saltemos, paso
de cebra que “no veamos” o simplemente calculando mal una distancia de
seguridad, nos llevamos por delante, una vida, una ilusión de alguien y algunos
que no conocemos, y es que además conseguimos que esa misma ilusión, esa que
teníamos de ver crecer a nuestros hijos, darles una vida mejor, la acabamos de
frenar de golpe, ya nada será igual, para nadie, eso SEGURO.
Por qué, por una copa más,
¿de verdad?, pues realmente fue “la copa” de más, más cara de nuestra vida.
Deberemos aprender a vivir
con la (in)consciencia de la vida que hemos maltrecho a alguien que no
conocíamos y además deberemos enseñar a mal vivir a nuestra familia y amigos,
si los tenemos, con nuestra irresponsabilidad, de verdad ¿merece la pena? Un
minuto y pensemos. CONDUCIR, UNA RESPONSABILIDAD, O DOS.