La
ambición de Google por construir un coche autónomo es bien conocida. El gigante
de la red sueña desde hace cuatro años con un futuro en el que no será
necesario prestar atención a la carretera. Pero hasta ahora todos los
prototipos creados por la rama de investigación y desarrollo de la compañía,
Google X, estaban construido sobre coches convencionales, modelos híbridos
adaptados para la circulación sin conductor gracias a potentes sensores y
varios ordenadores a bordo.
Ayer,
durante la conferencia Codecon que se celebra en Rancho Palos Verdes, California,
el cofundador de Google, Sergey Brin, mostró un vehículo más avanzado y
construido por los propios ingenieros de la compañía que condensa todos los
adelantos conseguidos en los últimos años. Es un coche compacto, eléctrico,
biplaza y que no tiene volante ni pedales, tan sólo un botón de encendido y una
pantalla que muestra la ruta que seguirá el vehículo.